Por: Gabriela Sotomayor

 

Ginebra 2 Octubre.- Arabia Saudita logró bloquear en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas una resolución que llamaba a realizar una investigación internacional e independiente sobre los crímenes cometidos por las partes en el conflicto en Yemen, fallando así a los principios fundamentales del organismo que vela por la protección de las víctimas.

El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se perdió una oportunidad clave para hacer frente a presuntas violaciones y crímenes de guerra cometidos por todas las partes en el conflicto en Yemen, dijo a la prensa el director adjunto de Human Rights Watch, Philippe Dam.

En contraste, el día de hoy el Consejo adoptó por consenso una resolución «profundamente defectuosa» que ignora la recomendación del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos de llevar a cabo una investigación internacional sobre los abusos que tienen lugar en el país.

«El organismo de derechos humanos más importante del mundo no pudo generar el escrutinio internacional efectivo sobre los ataques de todas las partes en el conflicto que han causado miles de muertes de civiles en Yemen en tan solo unos meses», valoró HRW.

Holanda originalmente presentó un proyecto de resolución que recomendaba la creación de una comisión de investigación independiente parecida a la establecida en el conflicto en Siria para documentar violaciones cometidas por todas las partes.

Sin embargo, por presiones del gobierno saudita y de sus aliados, entre ellos Estados Unidos y Reino Unido, el gobierno holandés retiró el miércoles dicha resolución, lo que fue altamente criticado por miembros de la sociedad civil y observadores del Consejo.

A su vez, el gobierno yemení convenció a los miembros de la coalición, incluyendo a Qatar, Bahrein, Egipto, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, de boicotear dicha resolución.

La situación en Yemen se deteriora a diario conforme el territorio se convierte en un campo de batalla entre los rebeldes hutíes (chiíes), apoyados por Irán, quienes lograron la salida del presidente legítimo Abdo Rabu Mansur Hadi hacia Riad, y las fuerzas leales al gobierno yemení, apoyadas por la coalición liderada por Arabia Saudita (suníes).

Según un informe presentado por ACNUDH ambas partes han perpetrado crímenes de guerra y debido a ello era necesaria una investigación con el fin de lograr romper el ciclo de impunidad que se ha creado desde que iniciaron los levantamientos de hutíes en septiembre de 2014 y los bombardeos de la coalición que iniciaron en la primavera de este año.

De acuerdo al informe los ataques aéreos de la coalición son indiscriminados y desproporcionados y a su vez los rebeldes hutíes han lanzado cohetes contra zonas densamente pobladas por civiles.

El ACNUDH también subraya que la coalición es la responsable del bloqueo naval de los principales puertos de Yemen, lo que según todas las agencias de la ONU está exacerbando la ya extrema situación humanitaria en el país.

Según agencias de la ONU el país árabe, uno de los más pobres de la región, se ha sumido en una profunda crisis humanitaria «masiva» en la que al menos cinco mil personas han perdido la vida, dos tercios de ellos por ataques de la coalición, incluyendo 500 niños, 21 millones de personas necesitan con urgencia asistencia humanitaria, sobre todo 1.7 millones de niños en riesgo de malnutrición.

Por su parte, la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) también criticó ferozmente el desempeño del Consejo alegando que se hace «de la vista gorda» sobre la situación de las víctimas en Yemen.

«Más allá de abordar las preocupaciones sobre la creciente influencia de Arabia Saudita en la ONU, sus aliados deberían preguntarse si están dispuestos a dejar que los gobiernos represivos amenacen aún más la integridad del Consejo de Derechos Humanos», observó.

La adopción de una resolución unilateral en Yemen que se centra en los delitos cometidos por los huthis y hace la vista gorda a las serias violaciones del derecho internacional humanitario cometidas por la coalición liderada por el gobierno saudita «envía el mensaje escalofriante» el cual subraya que la impunidad puede ser promovida desde el seno del Consejo, «derrotando a las iniciativas que tienen como objetivo el de avanzar en la rendición de cuentas».

«Para aquellos que valoran el sistema internacional de derechos humanos, el único camino a seguir es la adopción de un enfoque basado en principios de investigaciones independientes sobre las crisis de derechos humanos dondequiera que se produzcan», agregó Souhayr Belhassen, presidente honorario de la FIDH.

«Las víctimas se merecen algo mejor», afirmó.

Al permitir que Arabia Saudita evite el escrutinio internacional sobre su conducta durante los ataques aéreos en Yemen, sus aliados estratégicos envalentonan a los enemigos de los derechos humanos, lo que a la larga «ayudará a desmembrar el mandato del Consejo de Derechos Humanos», valoró Abdol-Karim Lahidji, presidente de la FIDH.