Por: Ana Fondo

 

Ginebra, 2 de octubre.- Atrás quedan tres semanas de reuniones, discusiones y negociaciones intensas: con la adopción de 29 resoluciones sobre diversos temas, como la abolición de la pena de muerte, la erradicación del extremismo violento o la protección de los derechos de los pueblos indígenas, terminó hoy en Ginebra la trigésima sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

El pasado 14 de septiembre, durante el discurso de apertura de esta sesión del Consejo, Zeid Ra’ad al-Hussein, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ratificó su condena a las violaciones de los derechos humanos que se cometen en el contexto de la crisis de refugiados en Europa.

A lo largo de los 20 días de sesión del Consejo, que tuvo lugar en el Palacio de las Naciones, sede europea de la ONU, se llevaron a cabo alrededor de 180 reuniones informales organizadas por las misiones diplomáticas, 195 eventos paralelos convocados por ONG y por Estados y seis paneles temáticos en los que se abordaron temas como el impacto del problema mundial de la droga sobre los derechos humanos o las medidas coercitivas unilaterales.

El Consejo recibió, a su vez, casi 30 informes de sus procedimientos especiales, como el Grupo de Trabajo de sobre Detenciones Arbitrarias, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas, la Relatora Especial sobre Pueblos Indígenas y la Comisión de Investigación sobre Siria.

Adicionalmente, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y la Secretaría General de las Naciones Unidas presentaron ante el Consejo sus informes sobre la situación en Ucrania, las atrocidades cometidas por el grupo Boko Haram en África y la seguridad de los periodistas y la impunidad, entre otros temas.

Por otro lado, se aprobaron los reportes finales del Examen Periódico Universal de 14 países, entre los que se encontraban Panamá, Estados Unidos y Honduras.

En su intervención durante clausura de la sesión, Joachim Rücker, presidente del Consejo de Derechos Humanos, afirmó que las intimidaciones y represalias contra los individuos y organizaciones que cooperan con las Naciones Unidas, sus agencias y sus procedimientos “son inaceptables y deben terminar”. En ese sentido, Rücker enfatizó en la responsabilidad que tienen todos los Estados de emprender “las medidas que sean necesarias para prevenir y asegurar la protección contra tales acciones”.

El Consejo de Derechos Humanos celebrará su trigésima primera sesión del 29 de febrero al 25 de marzo de 2016.