Por: Juan Gasparini

 

Ginebra, 6 de mayo.- El doble nacional suizo-guatemalteco, Erwin Sperisen, exjefe de la Policía Nacional Civil de Guatemala (PNC) entre 2004 y 2007, condenado a cadena perpetua en primera instancia por siete asesinatos hace un año, tuvo hoy miércoles la “última palabra” en el juicio de apelación, según la costumbre en los tribunales de Ginebra, tras lo cual el caso quedó listo para sentencia, aguardándose el veredicto para el próximo martes 12 de mayo.

“En mi mente tengo muchas cosas para decir. Estuve valorando muchas incongruencias en temas operacionales de la policía y cómo se interpreta aquí”, dijo para empezar, aunque inmediatamente añadió: “es en balde que lo haga y no voy a aclarar nada. Antes que se iniciara este juicio yo ya estaba condenado”, afirmó.

Subrayó enseguida que “en este proceso se me sindica de una serie de hechos, basados en testimonios, fotos y vídeos, y pocas evidencias científicas, pero todo eso no tiene un poder predominante, hay una necesidad de encontrar un culpable. Detrás de mucho de lo que vivimos hay intereses escondidos”.

“No salí huyendo de Guatemala, no había acusaciones contra mi. Salí para proteger a mi familia. Quise volver a mi país y mi familia me lo impidió”, manifestó, su versión de por qué decidió radicarse en Ginebra en 2007, en la cual fue detenido en 2012, dando inicio al enjuiciamiento que ahora va concluyendo, en virtud del principio constitucional helvético de no extraditar y juzgar a sus nacionales por crímenes cometidos en el extranjero.

“Cuando estaba en la PNC ya había la idea de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, creada en 2010 a instancias de la ONU), que tiene como objetivo de permitir a la ONU injerir en los países que tienen problemas de seguridad. Suiza financia la CICIG, que se quiere ampliar a otras regiones y hacer un ente internacional, eso va a generar fuentes de trabajo en Ginebra”, evocó.

“¿Quién es el principal colaborador de la CICIG en Ginebra?”, preguntó, para responder: “TRIAL, cofundada por el padre del procurador (Bertossa), la que encontró al único testigo que me acusa de haber matado a una persona (el ex detenido Philippe Biret de la prisión de Pavón, quien lo señala de haber dado muerte por propia mano al prisionero José Abraham Tiniguar).

“Algunos de los jueces que han pasado han donado mucho dinero y TRIAL envió un equipo de televisión a Guatemala para entrevistar a Vázquez (María del Socorro, madre de una de las siete víctima de la cárcel de Pavón, constituida en querellante en el juicio de Ginebra) y se vio en la televisión suiza. Hay intereses económicos y políticos de que yo permanezca en prisión”, consignó.

“Si yo hubiera matado a la persona que dicen, ¿dónde están los análisis balísticos de mis armas, que están en Guatemala? El Ministerio Público no pidió esos análisis. Dicen que mi motivación era la venganza, ¿vengarme de qué?, ¿cuáles?. Su familia (la de Tiniguar) no dijo nunca nada, yo no lo conocía, pero hubo que fabricar la historia de la venganza para justificar la acusación”, abrevió.

“De igual manera hubo que fabricar un recorrido fantasma (dentro de la cárcel de Pavón cuando sucedieron los hechos que se le reprochan) para que cuadrara con el testimonio de Biret”, recalcó.

“Nadie puede garantizar en Ginebra que se tiene el expediente existente en Guatemala. En este proceso hay una persona que debe garantizarlo, pero no hay interés”, adelantó, quizá apuntando al fiscal Yves Bertossa. “Sobre eso me han condenado a 20 años de prisión. No ha habido imparcialidad”, resumió.

“Puedo decirles en toda conciencia, mirándolos a los ojos, yo no maté a Tiniguar, ni a ningún otro detenido. No di ordenes de ejecutar a nadie. Tampoco participé en la planificación. Esa es la verdad, poco importa si no me creen”, finalizó.