Por: Carmen Lucía Castaño

 

Ginebra, 19 de junio.- El Relator Especial de las Naciones Unidas sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Christof Heyns, presentó hoy ante el Consejo de Derechos Humanos su informe anual en el cual abordó la forma en que las tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TIC) pueden ser utilizadas para proteger los derechos humanos, incluido el derecho a la vida.

Heyns aseguró que las nuevas tecnologías no solo pueden ser útiles para apoyar investigaciones o contribuir a la rendición de cuentas, sino también para “visibilizar o movilizar apoyo para personas en peligro inminente”. En el mismo sentido, recalcó que aunque las TIC traen consigo nuevas amenazas para la protección de la información, también representan oportunidades para la protección de los defensores de los derechos humanos, de las que varias organizaciones ya se benefician.

El Relator citó como ejemplo una aplicación creada por Amnistía Internacional que funciona como un “botón de pánico”: camuflada en los teléfonos móviles, permite que activistas o periodistas envíen un mensaje de alerta a ciertos contactos preseleccionados tan solo con oprimir rápidamente el botón de encendido.

Este tipo de desarrollos, señaló Heyns, responden a la constatación de que, en caso de detención o de posible desaparición, la acción que se emprenda en la búsqueda de la víctima durante las primeras 48 horas es crucial.

Otro de los elementos destacados por el experto fue el papel que las TIC pueden jugar en la lucha contra la impunidad. “Muchas violaciones de los derechos humanos son cometidas no porque sus perpetradores las consideren justificables, sino porque piensan que nunca serán requeridos para justificarse”.

Para Heyns esta situación ya no es la generalidad toda vez que si hoy alguien es testigo de una violación de los derechos humanos, probablemente llevará consigo un dispositivo que le permita recoger evidencia, como un teléfono celular con cámara. Al respecto, el Relator destacó que hay ONG que ofrecen formaciones al público sobre la manera indicada de producir y transmitir material con fuerte valor probatorio (como videos de matrículas o de las placas de los uniformes de los agentes).

En el mismo sentido, Heyns resaltó el rol de las redes sociales en la divulgación directa de los abusos o violaciones presenciadas por los ciudadanos y el desafío que esto supone para los “poderes establecidos” toda vez que hoy, como nunca antes, “hay una comunidad mucho más amplia de vigilantes de los derechos humanos”.

El Relator se refirió también a sus visitas a Papúa Nueva Guinea y a Gambia. De igual manera, agradeció a los gobiernos de Irak y Ucrania por haber aceptado recibirlo durante el segundo semestre de 2015.

Heyns finalizó su intervención diciendo que las TIC por sí mismas no acabarán con la impunidad y que no es realista pensar que todas las violaciones de los derechos humanos van a dejar una huella digital. “Pero si es juiciosamente utilizada (…) esta nueva tecnología tiene el potencial de aumentar enormemente la posibilidad de exigirles cuentas a los perpetradores de violaciones”, concluyó.

El informe completo del Relator Heyns está disponible en este enlace.