Por: Ana Fondo

 

Ginebra, 13 de octubre.- Desde hace 26 años, hoy, 13 de octubre, se celebra el Día Internacional para la Reducción de Desastres. Este año la UNISDR, Oficina de Naciones Unidas para Reducir los Riegos de los Desastres, quiso enfocarse hacia el conocimiento tradicional, indígena y local, y así complementar la ciencia moderna y mejorar la capacidad de adaptación de las sociedades ante las situaciones más adversas.

De este modo, los conocimientos tradicionales y autóctonos, entre los que cabe destacar, sin duda, las vertientes de la cultura indígena, se fomentan como una base informativa indispensable para muchas sociedades que tratan de vivir en “armonía con la naturaleza” y se adaptan a fenómenos meteorológicos perturbadores, al calentamiento del planeta y al aumento del nivel del mar, según afirmó en un comunicado el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

Los fenómenos que han llevado al deterioro a lo largo de los años en las zonas más vulnerables son claros: los efectos de la urbanización, el crecimiento demográfico, la degradación de los ecosistemas y las emisiones de gases de efecto invernadero han sido la pieza clave en los últimos tiempos.

“Los desastres están cada vez más relacionados con el clima y las condiciones meteorológicas”, escribió Ban Ki-moon en su mensaje enviado en el día de hoy para reconocer los esfuerzos de las comunidades que utilizan su sabiduría para reducir riesgos en los desastres y compartir así su « conocimiento para la vida ».

Para conseguir una reducción ante las inmensas pérdidas humanas y económicas que acarrean estos desastres es clave El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, a través del cual se busca promover las acciones ante la gestión de dichas catástrofes y los riegos que repercuten en los colectivos instalados en la zona.

En el mismo contexto, se reconoce la importancia y “la implicación de las comunidades en la reducción del riesgo de desastres y se subraya que los conocimientos tradicionales pueden ser un complemento de los conocimientos científicos en la gestión de dicho riesgo”.

Según el Secretario General de Naciones Unidas: “El fomento de la resiliencia ante los desastres también es una dimensión fundamental de los recién aprobados Objetivos de Desarrollo Sostenible, marco que guiará nuestra labor para poner fin a la pobreza y promover el reparto de la prosperidad en un planeta sano de aquí a 2030.”

La iniciativa “Un paso hacia delante” (Step Up), campaña lanzada por la UNISDR, comenzó hace 4 años y se centra en incluir a comunidades en la gestión del riesgo de desastres. Estas comunidades poseen una gran cantidad de conocimientos sobre vulnerabilidades y exposición a los desastres a partir de sus propias perspectivas con sabiduría y experiencia comunitaria.

Según Margareta Walhlströn, jefa de UNISDR, este año busca “identificar y honrar a las comunidades que ejemplifican el uso del conocimiento y las prácticas tradicionales indígenas bajo el eslogan de la campaña, Conocimiento para la Vida”.

El año pasado, los desastres desplazaron a más de 19 millones de personas de diferentes puntos de mundo y la UNISDR no cesa en la búsqueda de aumentar el grado de entendimiento sobre la forma en que las prácticas locales pueden contribuir a la gestión de los mismos y, a su vez, busca declarar a la comunidades que realizan más esfuerzos como “Campeonas” de la Reducción del Riesgo de Desastres.

Por su parte, el Consejo de Derechos Humanos reconoció la necesidad de protección, en su último informe en 2014, ante las acciones humanitarias después de los desastres y cómo deben “promover y respetar los derechos humanos relativos a las necesidades básicas, la seguridad e integridad física, la protección civil, política, económica, social y cultural, mediante el diseño y la aplicación de iniciativas y mecanismos específicos”.

 

«La vulnerabilidad ante los desastres está creciendo más rápidamente que la resiliencia […] La reducción del riesgo de desastres debe ser una preocupación cotidiana para todos. Invirtamos hoy para un mañana más seguro».

— Secretario General Ban Ki-moon,