Por: Carmen Lucía Castaño

 

Ginebra, 14 de noviembre.- A lo largo de esta semana, una delegación conformada por familiares de periodistas asesinados en Paraguay, por el secretario general del Sindicato de Periodistas de este país y por Rachael Kay y Omar Rábago, respectivamente directora ejecutiva adjunta y director del Consejo de la Red Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión (IFEX), visitaron Ginebra para denunciar ante las Naciones Unidas el deterioro del ejercicio de libertad de expresión en el país suramericano.

Además de reunirse con el representante para Paraguay del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, la delegación presentó el caso a más de 30 delegaciones diplomáticas con el fin de que formulen recomendaciones sobre protección a los periodistas al Estado paraguayo, en el marco de su Examen Periódico Universal (EPU), que tendrá lugar en enero de 2016.

Panorama habló con Kay y Rábago sobre IFEX, su visita a Ginebra y la situación de los periodistas en Paraguay.

¿En qué consiste la labor de IFEX?

Rachael Kay: IFEX es una red de 104 organizaciones que trabaja en la defensa y promoción de la libertad de expresión en todo el mundo. Lo hacemos a través de campañas de sensibilización y difusión sobre este derecho humano fundamental y sobre impunidad, y con el fortalecimiento institucional de las organizaciones que pertenecen a la red.

En América Latina y el Caribe lo hacemos, desde 2009, a través de la alianza IFEX ALC en la que participan 22 de nuestros socios locales, con el fin de articular conocimientos y experiencias nacionales que se replican, aunque con matices, en otros países de la región.

Nuestras campañas se dirigen a un público conocido y relativamente familiarizado con los temas que nos incumben. Últimamente hemos dado un paso hacia la interlocución con los gobiernos con el fin fortalecer la voluntad política de los Estados para mejorar la situación en materia de impunidad.

Sabemos que este fenómeno no va a acabarse de la noche a la mañana, pero un cambio de actitud de los Estados puede impedir que se incrementen las violaciones contra los periodistas y la libertad de expresión. Es lo que estamos tratando de hacer en Paraguay.

¿Por qué decidieron emprender esta campaña sobre la situación en Paraguay?

Omar Rábago: Porque Paraguay no está en el radar de nadie. Mucho se habla de los casos clásicos de agresiones contra periodistas en América Latina: Colombia, México y Honduras o, con algunos matices, Ecuador y Venezuela. Pero el de Paraguay no es un caso visible a pesar de que recientemente la situación se deterioró muchísimo: el 40 % de los asesinatos de periodistas ocurridos desde 1991 fueron cometidos en los últimos tres años.

Omar Rábago, director del Consejo de IFEX.

Omar Rábago, director del Consejo de IFEX.

El panorama se comparte en varios países de la región: impunidad, falta de acceso a la justicia, falta de investigaciones diligentes, autoridades involucradas en los mismos casos, corrupción…

Hay países en donde a los periodistas se les ataca con la violencia, como Honduras o Colombia. Pero hay otras formas de intimidación, como el uso de la publicidad oficial como premio o castigo, que es una forma en la que el poder político controla la información. Igualmente, tenemos el fenómeno de la concentración de los medios, ya sea por el Estado o por el poder económico.

Por el lado de los ciudadanos, quienes acceden a la información como parte del ejercicio de la libertad de expresión, es usual encontrarse con casos en los que la legislación es garantista, pero en la realidad estas leyes no están respaldadas por mecanismos que la sustenten. Esto en la práctica resulta en que la libertad de expresión está garantizada en el papel, pero en realidad no puede ejercerse plenamente.

¿En qué situación se encuentran los periodistas en Paraguay?

OR: En Paraguay ha habido 17 asesinatos de periodistas en los últimos 24 años. Durante una misión que hizo IFEX este año para preparar el trabajo de incidencia con miras a obtener recomendaciones para el Examen Periódico Universal, supimos que los expedientes de esos crímenes ni siquiera están bien armados. Eso habla del colapso del sistema judicial en general, no solamente en los casos de los periodistas: estamos hablando de una impunidad que alcanza el 90 % en casi toda la región.

Matar a un periodista es un mensaje muy fuerte para la familia, la sociedad y los colegas. Eso quedó documentado en Ciudad Juárez, México: mataron a un periodista y otros nueve salieron exiliados para Estados Unidos. Es además la manera de cortar el flujo de información: si un grupo político, económico o el crimen organizado quiere evitar que algo salga a la luz, le es más fácil agredir físicamente a un periodista que comprar a la prensa. Si, además, hay impunidad, matar a los periodistas les sale demasiado barato.

En Paraguay, por lo que ha pasado en estos últimos tres años, vemos que este es un buen momento para actuar y evitar que se convierta en una bola de nieve porque si no se detiene, sigue pasando y los casos van acumulándose. Allá van 17 casos, pero después de todo el tiempo que ha pasado es muy difícil encontrar pruebas para judicializar a los responsables. Después de 24 años ¿Qué van a hacer? ¿Van a sacar huellas dactilares? ¿Van a llamar testigos? Por eso se acumulan los procesos, como en México, en donde han sido asesinados 83 periodistas desde 2000. Por eso queremos que en Paraguay se ataje el problema de una vez por todas.

¿Cómo piensan hacerlo?

OR: Brindando asistencia técnica y generando presión de las instancias internacionales: en la región funciona así. Solo cuando una instancia internacional retoma la información de una organización como IFEX los gobiernos reaccionan porque se sienten presionados. En Colombia, por ejemplo, la creación del mecanismo de protección para periodistas fue creado cuando USAID puso los fondos para que el proceso anduviera.

Es una cuestión de voluntad política porque los Estados son reacios a admitir que algo no funciona y de eso se trata: de admitir que si existe impunidad es porque los jueces no están integrando las averiguaciones previas, entonces no hay sentencias. Es un fallo estructural y eso es difícil de reconocer. Por eso es tan excepcional el caso de Guatemala que aceptó la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG): eso es admitir que no podían solos. Pero muchos Estados no lo hacen por orgullo, por soberanía… pero con pequeños pasos, con pequeñas presiones, se puede empezar a trabajar.

Eso es lo que buscamos con Paraguay: que el gobierno admita que existe el problema. Ese es el primer paso para solucionarlo. A partir de ahí, se trata de brindarle la asistencia técnica, y ojalá los recursos financieros, para implementar un mecanismo de protección para salvaguardar la integridad física de los periodistas y fortalecer el sistema de justicia para combatir la impunidad. Son dos caminos que deben construirse paralelamente.

¿Qué acciones han llevado a cabo previamente para incidir en la situación de los periodistas en Paraguay? ¿Han tenido interlocución con el gobierno?

Rachael Kay, directora ejecutiva adjunta de IFEX.

Rachael Kay, directora ejecutiva adjunta de IFEX.

RK: Unos compañeros de IFEX, de Brasil, Guatemala y Colombia, hicieron una misión de investigación en mayo para preparar el informe para el EPU. Allí se reunieron con funcionarios del Ministerio del Interior y encontraron que los casos por los 17 homicidios no están completos y las autoridades admitieron que tienen debilidades para llevar a cabo las investigaciones de estos crímenes.

Considero que es inviable no trabajar con las autoridades si estamos pidiendo cosas que dependen de ellas. Al fin de cuentas, es su responsabilidad como Estado. La situación se produce en parte porque no quieren y en parte porque no pueden. Nuestra labor es incrementar el querer y fortalecer el poder.

¿Cómo piensan dar continuidad a su labor después del Examen Periódico Universal de Paraguay?

RK: Vamos a seguir trabajando con el Sindicato de Periodistas de Paraguay, nuestro miembro local, para mantener la campaña a nivel nacional porque es necesario que el tema no pierda vigencia. Fue una lección aprendida cuando trabajamos el EPU de Honduras: nos involucramos mucho en el antes del Examen, pero no en el después, en seguir con la campaña. Allí nos dimos cuenta de que se hace muy difícil medir el impacto si se hace énfasis en uno solo de esos momentos.

En el caso de Paraguay, se trata de hacer seguimiento a las recomendaciones que se formulen durante el EPU en materia de libertad de expresión, pero también de trabajar en la investigación de los asesinatos de periodistas y de presentar casos al Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

OR: Lo más importante es seguir apoyando al Sindicato. Hay organizaciones que tienen mucha experiencia en documentación, en protección, y lo que hace IFEX es permitir que eso se comparta: por ejemplo la Fundación para la Libertad de Prensa, nuestro socio en Colombia, comparte su conocimiento sobre el mecanismo, sus protocolos de documentación, de seguridad, de protección. Entonces cada quien va aportando y eso también le ayuda al socio local a no ir tan solo, a no dar palos de ciego.

En síntesis, hicimos la misión, produjimos el informe, vinimos a Ginebra y, una vez pase el EPU, seguiremos con una estrategia de campaña local, buscaremos hacer ruido mediático y acompañaremos al Sindicato para que continúe con la labor, porque IFEX no puede darle seguimiento indefinido, pero el proceso tiene que continuar.