Por: Diego de León Sagot

 

Ginebra, 24 de octubre.- Ante un auditorio lleno, en la sala que habitualmente acoge al Consejo de Derechos Humanos en la sede de la ONU en Ginebra, el presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado, hizo hoy viernes un recuento de los principales avances en materia de reducción de pobreza y políticas de desarrollo que ha implementado en los ocho años que lleva de mandato, al tiempo de criticar, con base en números y ejemplos, las políticas propias de la época que él mismo denomina “la larga y triste noche neoliberal”.

“Somos el país de Latinoamérica que más reduce desigualdad, habiendo disminuido en ocho puntos la concentración del ingreso, reducción cuatro veces superior al promedio de América Latina, una de las pocas regiones en el mundo que está disminuyendo desigualdad”, afirmó el mandatario ante una audiencia congregada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que se hizo presente para escuchar al presidente ecuatoriano, a quien le concedieron la palabra como único orador en la 15 edición de la Cátedra Raúl Prebish.

Este espacio académico, creado en 1982, lleva el nombre del economista argentino quien fue secretario de la UNCTAD entre 1965 y 1969, tras haber sido el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de 1948 a 1963.

“El desarrollo es un problema básicamente político”, insistió Correa en múltiples ocasiones a lo largo de su alocución de un poco más de dos horas. “El problema no es técnico, sino político… en desarrollo no existen milagros, los impresionantes cambios ocurridos (en Ecuador) son consecuencia del cambio en las relaciones de poder”, dijo tras exponer algunas de las políticas e instrumentos “modernos y algunos inéditos” que han implementado.

Entre ellos resaltó la creación del “salario digno” como complemento al salario mínimo que sigue marcando las relaciones laborales en casi toda América Latina. “Se puede pagar el salario mínimo para evitar un mal mayor, el desempleo, pero con la nueva legislación, ninguna empresa puede declarar utilidades si no paga salario digno hasta al último de sus trabajadores”. Según indicó, desde su implementación en el 2011, empezaron a subir los salarios promedios y este año, “sin trauma alguno” dijo en referencia a las críticas de la oposición que desató esta medida, el salario mínimo igualó al salario digno.

El crecimiento económico en Ecuador ha sido uno “pro pobre, pro equidad y pro empleo”, conforme las palabras del mandatario, quien además aseveró que “el mejor indicador de las políticas económicas es la disminución de la pobreza, y especialmente, de la pobreza extrema”. Para Correa, este lastre en América Latina “es fruto de la inequidad y ésta a su vez, consecuencia de las perversas relaciones de poder, donde pocos dominan todo”.

Según explicó, la reducción de la pobreza ha sido factible por el incremento de los ingresos tributarios y una fuerte inversión pública. “Se ha triplicado la recaudación de impuestos, incluso reduciendo o eliminando algunos de ellos… y (Ecuador tiene el) mayor nivel de inversión pública de América Latina, (alcanzando) un 15% del PIB durante el 2013… El destino de los recursos sociales demuestra las relaciones de poder al interior de una sociedad”, agregó al indicar que todos estos procesos han sido consecuencia lógica de la estabilidad política del Ecuador, país que antes de la llegada de Correa tuvo siete presidentes distintos durante una sola década.

El mandatario aprovechó el espacio para contrarrestar las críticas respecto de la política extractivista que ha impulsado. “Abunda en nuestros países un ecologismo infantil, que cree que superar el extractivismo es dejar de aprovechar nuestros recursos naturales no renovables. Eso es un suicidio social”, reprochó. “Debemos hacer uso del extractivismo para salir de él, para pasar de la economía de recursos finitos a la economía de recursos infinitos, aquella basada en el talento humano y el conocimiento, pero sin el absurdo de rechazar el aprovechamiento de nuestros recursos naturales y ser mendigos sentados en costales de oro”.

“Hoy muchos exigen, sin ninguna solvencia moral, que no se explote el petróleo de la Amazonía. Pero eso implica un costo inmenso por los ingresos no recibidos y por cada día que transcurre con un niño sin escuela, una comunidad sin agua potable, o gente muriendo”, manifestó Correa.

Por último se refirió a la “necesaria” integración de los países. “Separados, serán las transnacionales las que nos impongan las condiciones; unidos, seremos nosotros los que impondremos las condiciones al capital internacional”. Puso enfáticamente sus expectativas en la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), organización internacional que aglutina a países del cono sur latinoamericano creada en 2008 como impulso a la integración regional en materia de energía, educación, salud, ambiente, infraestructura, seguridad y democracia.

“Somos 500 millones de personas, en 17 millones de kilómetros cuadrados. Con sólo unirnos podríamos conformar la cuarta economía más grande del mundo, con el 5.9% del PIB mundial, un tercio de las fuentes de agua dulce del planeta, con el primer lugar en la producción mundial de alimentos y con reservas de hidrocarburos para los próximos 100 años”, concluyó.