Por: Diego de León Sagot

 

Ginebra, 3 de mayo.- Mañana lunes dará inicio en segunda instancia el proceso judicial contra Erwin Sperisen, ex jefe de la Policía Nacional Civil de Guatemala entre 2004 y 2007, luego que en junio de 2014 el Tribunal Criminal de Ginebra lo sentenciara a cadena perpetua por el asesinato de siete reos cuando estaba al frente de la institución policial; Sperisen arriesga la confirmación de la condena o la absolución por los hechos imputados, en un proceso que se prevé durará cinco días.

Tras la sentencia judicial, tanto la defensa como la parte acusadora decidieron apelar la decisión del Tribunal. Por un lado, los abogados defensores Florian Baier y Giorgio Campa buscan en esta nueva fase revertir la condena contra su defendido, en tanto el procurador ginebrino Yves Bertossa requiere que la imputación de responsabilidad del exfuncionario se reconsidere y a los siete asesinados en la cárcel Pavón en 2006 se sumen tres ejecuciones más ocurridas en 2005 en el marco de un operativo para recapturar a reos fugados de la cárcel El Infiernito.

Los diez asesinatos en su conjunto formaron parte de la acusación inicial presentada por la Fiscalía, no obstante, el Tribunal Criminal decidió en primera instancia no valorar la participación directa de Erwin Sperisen en la comisión de estas tres ejecuciones y lo absolvió de los cargos.

Sin embargo, la sentencia a cadena perpetua no responde a un criterio de acumulación de delitos. De acuerdo con el Código Penal suizo, en el artículo 112, basta que se compruebe un asesinato cometido “con una ausencia particular de escrúpulos” y que el móvil, objetivo o forma de actuar del delincuente sea “particularmente odiosa” para condenarlo a la privación de libertad a vida o a una pena de prisión de diez años como menos. En el caso del exjefe policial, el Tribunal decidió la pena mayor tras valorar la actuación de Sperisen de acuerdo a tales características.

La sentencia de primera instancia no tiene carácter vinculante en este proceso de apelación. Los siete jueces que integran la Cámara penal de apelación y de revisión, encargada de conocer el proceso en esta segunda fase, podrán revisar los hechos ocurridos y las leyes pertinentes y con base en las pruebas y los testimonios vertidos en primera instancia deberán llegar a una decisión. Durante las audiencias no está prevista la comparecencia de nuevos testigos.

La defensa y la parte acusadora, que además de la Fiscalía incluye a la madre de uno de los reos asesinados en Pavón que se adhirió al proceso como querellante, podrán recurrir a una tercera y última instancia luego de la decisión en fase de apelación. En ese escenario, le corresponderá al Tribunal Federal revisar el proceso, pero únicamente en cuanto a si hubo fallas en el procedimiento judicial o si el Tribunal hizo una interpretación arbitraria y tergiversada de los hechos. En ese eslabón final de la justicia no se escucha más a testigos o expertos.

Erwin Sperisen supuestamente integró junto con otros miembros del Ministerio de Gobernación y la Policía Nacional Civil una estructura criminal a la que se le atribuyen ejecuciones extrajudiciales en el marco de la denominada limpieza social. El entonces Relator Especial de Naciones Unidas sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Philip Alston, investigó este fenómeno y destacó en un informe tras su visita al país, en agosto de 2006, la existencia y el funcionamiento de estas estructuras dentro de las fuerzas de seguridad.

Por los mismos hechos que pesan sobre Sperisen, está siendo procesado en España el entonces ministro de Gobernación Carlos Vielmann, en tanto que en Guatemala fueron condenados a prisión Víctor Soto Diéguez, entonces jefe de investigaciones de la PNC, Axel Arnoldo Martínez Arriaza y Víctor Manuel Ramos Molina, ex investigadores de la policía y Aldo Stéfano Figueroa Díaz, hermano del entonces subdirector de la PNC Javier Figueroa, quien fue procesado en Austria y puesto en libertad. Por último, Alejandro Giammattei, quien fungía como Director del Sistema Penitenciario, enfrentó juicio en Guatemala y fue absuelto de todos los cargos.

Erwin Sperisen enfrenta juicio en Ginebra por ser nacional suizo. La Constitución helvética garantiza en su artículo 25 la protección de sus ciudadanos contra la extradición y bajo este principio, las autoridades no entregan a sus connacionales que estén en territorio suizo a autoridades judiciales foráneas; a cambio, asumen la persecución y sanción penal por delitos cometidos fuera de sus fronteras cuando hayan indicios de responsabilidad directa de alguno de sus ciudadanos.