Por: Mélanie Belfiore

 

Ginebra, 19 de noviembre.– Según la conclusión a la que llegaron los participantes de un panel de discusión que tuvo lugar ayer en el Foro Mundial de la ONU sobre empresas y derechos humanos, la respuesta es no: un Tratado Internacional en la materia complementaría los Principios Rectores, sin competir con ellos.

Estos Principios Rectores fueron consagrados en 2011 por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU como estándar mundial de conducta para todos los Estados y las empresas en lo que respecta a la protección de los derechos humanos. No obstante, este instrumento no es vinculante, a diferencia del posible tratado internacional sobre empresas y derechos humanos, cuya negociación empezó a dar sus primeros pasos con la conformación, en 2014, del Grupo de Trabajo Intergubernamental para la elaboración de un instrumento jurídicamente vinculante.

Desde que empezó a contemplarse esta posibilidad, la idea de contar con un tratado sobre empresas y derechos humanos fue criticada por supuestamente reñir con los Principios Rectores, así como por dar una excusa a los Estados para no aplicar este otro instrumento internacional, como lo comentó en la reunión de hoy Dante Pesce, miembro del Grupo de Trabajo sobre empresas y derechos humanos, encargado de velar por la aplicación de los Principios Rectores y promover la formulación de Planes de Acción Nacional sobre empresas y derechos humanos.

Pesce, experto chileno, admitió haber compartido inicialmente la idea de que los dos instrumentos internacionales competían mutuamente, pero hoy reconoció su carácter complementario. Precisamente, explicó que el tercer pilar de los Principios Rectores, que garantiza el acceso a la reparación para las víctimas de violaciones de los derechos humanos, aún carece de efectividad y que el tratado internacional podría llenar este vacío, puesto que haría posible la justicia extraterritorial, es decir, la posibilidad de enjuiciar a las empresas en el país en donde se encuentra su casa matriz, independientemente del lugar en que hayan cometido violaciones o abusos.

Otro de los oradores presentes en la reunión, Daniel Leader, miembro de la organización Leigh Day, coincidió con Dante Pesce al asegurar que el tratado podría “hacer frente a las cuestiones que habían quedado pendientes” en la elaboración de los Principios Rectores. Adicionalmente, la representante de la ONG Amigos de la Tierra Europa, Anne van Shaik, agregó que el carácter vinculante del Tratado daba precisión a los Principios Rectores y permitía “enjuiciar concretamente” a las empresas.

Por su parte, el representante de la misión de Estados Unidos lanzó el debate histórico en torno al tratado sobre empresas transnacionales y que estuvo a punto de bloquear en junio pasado las negociaciones el primer día de reunión del Grupo de Trabajo encargado de la redacción: ¿Por qué el instrumento se aplicaría únicamente a las corporaciones transnacionales y no a las empresas nacionales?

La Unión Europea, desde el inicio del proceso de discusión sobre un posible instrumento internacional, mantiene esta posición según la cual el tratado no sería equitativo puesto que haría referencia únicamente a firmas transnacionales dejando por fuera del ámbito de la legislación internacional a las empresas nacionales. En cambio, según este abordaje, los Principios Rectores sí brindan un marco más igualitario.

El panelista Khalil Hamdani presentó la perspectiva opuesta al argumentar que el tratado internacional tendrá como mandato llenar el vacío jurídico que existe para las corporaciones de carácter transnacional o transfronterizo, actualmente sin jurisdicción alguna, lo cual no es el caso de las empresas nacionales que deben responder a la legislación local.

Finalmente, la discusión se estancó y los panelistas recordaron a todos los participantes que el tratado internacional sobre empresas transnacionales en todo caso no podría responder a todas las problemáticas y aportar todas las soluciones. El carácter complementario de los dos instrumentos internacionales fue el único punto de acuerdo que quedó de manifiesto en la reunión.

La moderadora de la discusión y presidenta del Grupo de Trabajo Intergubernamental para la redacción de un instrumento internacional sobre empresas transnacionales, la embajadora ecuatoriana María Fernanda Espinosa, concluyó el evento invitando a todos los actores a participar en la elaboración del tratado, puesto que, aseguró, “todavía queda todo por hacer”.