Texto: Mélanie Belfiore
Ginebra, 15 de julio.- Ayer martes transcurrió el examen de Bolivia ante el Comité de Naciones Unidas sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer, Cedaw en sus siglas en inglés. La delegación del Estado boliviano tuvo que contestar a cuestionamientos de los expertos con respecto a la situación del país en cuanto a sus políticas para eliminar la discriminación contra las mujeres; no obstante, Bolivia no consintió en responder a cuestiones relacionadas con las temáticas de salud sexual.
La experta de Cedaw, Magalys Arocha Domínguez, manifestó su interés por la aplicación exacta de la despenalización del aborto para las mujeres violadas. Precisamente preguntó si los médicos y el personal administrativo estaban sensibilizados sobre estas cuestiones, y si era necesario un procedimiento administrativo especial para lograr abortar en estos casos. También pidió aclaraciones sobre si existen ciertos obstáculos para el aborto, tal como informaron actores de la sociedad civil al Comité.
Arocha solicitó más información a la delegación boliviana sobre el acceso a la sanidad pública para las mujeres que sufren consecuencias de un aborto ilegal; además quiso saber si la educación sexual abarcaba no solo el tema de embarazo no deseado o si también abordaba aspectos relacionados con enfermedades sexuales.
También solicitó que se le informara sobre los pasos dados por Bolivia en el tema de la contracepción de emergencia, si en el país andino existe en la actualidad un programa de sensibilización y si los médicos y el personal administrativo estaban lo suficientemente formados, porque, en su opinión, parecía ser que la población no estaba informada por completo.
Frente a estos interrogantes, la delegación boliviana solo se limitó a mencionar la implementación de un plan de educación sexual impulsado por la actual administración del presidente Evo Morales, y confirmó que el acceso al aborto para mujeres que habían sido violadas estaba garantizado. Ante la insistencia de las preguntas de la experta Magalys Arocha Domínguez, la delegación no cedió, y dejó el Comité sin respuestas.
Al finalizar la sesión, la experta del Cedaw confió a Panorama que estas interpelaciones insistentes no tenían como propósito incomodar a Bolivia, sino proponer críticas constructivas.
Por otro lado, durante la comparecencia de Bolivia, la experta Barbara Bailey manifestó interés por los datos presentados en el informe oficial del gobierno sobre la educación y pidió estadísticas actualizadas, puesto que las cifras a la que se refería dicho documento estaban basadas en datos de más de 12 años de antigüedad.
Sobre todo, a la experta le preocupó que las estadísticas sólo hacían alusión a diferencias entre niños y niñas, pero no mostraban las asimetrías entre niñas, las cuales, según Bailey, resultarían más interesantes. De esta manera se podría averiguar por qué razones ciertas niñas abandonaban más temprano la escuela que otras: si era por culpa de embarazo, o del origen étnico o socioeconómico.
Así, Bailey hizo énfasis en el papel de la educación para la lucha contra el racismo, puesto que la discriminación se agrava en el caso de las mujeres. Por lo tanto, subrayó la problemática de la interseccionalidad entre el origen y el género, o cómo se refuerza la discriminación por motivos de género cuando se cruza con el racismo.
Por último, la jefa de la delegación boliviana, la ministra de Justicia Virginia Velasco Condori dedicó casi un cuarto de hora para hablar de costura y deporte, al margen de las respuestas que atendían el grupo de expertos de Cedaw. Al cierre, Bolivia se comprometió a enviar sus respuestas y aclarar datos por escrito en los próximos días.
A partir de este examen, el Comité emitirá un conjunto de recomendaciones a Bolivia para que pueda avanzar de manera progresiva en la aplicación de la Convención contra todas las formas de discriminación contra la mujer.