Por: Carmen Lucía Castaño

 

Ginebra, 15 de noviembre.- El presidente del Comité de Derechos Humanos, Fabián Salvioli, estuvo en Ginebra en el marco de la 115.ª sesión de este órgano de las Naciones Unidas, encargado de velar por que los Estados signatarios del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y sus dos protocolos facultativos, den cumplimiento a sus disposiciones.

Salvioli, doctor en ciencias jurídicas y en la actualidad profesor titular de derecho internacional público en la Universidad Nacional de la Plata (Argentina), fue nombrado el pasado 16 de marzo como presidente del Comité de Derechos Humanos, integrado por 18 expertos independientes.

Panorama habló con él sobre la labor del Comité y su relación con otros mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos.

¿Cómo interactúan el Comité y el sistema internacional de derechos humanos?

El Comité forma parte del sistema de Naciones Unidas, más precisamente del convencional, como les sucede a todos los órganos creados en virtud de tratados de derechos humanos. En ese sentido, hay espacios de encuentros intra sistema convencional, por ejemplo a través de reuniones de presidentes y presidentas de órganos de tratados, o encuentros bilaterales: el Comité de Derechos Humanos se reúne con cierta frecuencia con el Comité contra la Tortura, y con el Comité sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Ello nos permite armonizar prácticas y abordajes.

A nivel extraconvencional sí considero que es imprescindible avanzar en coordinación, y que el Consejo de Derechos Humanos realice un debido seguimiento y exhorte claramente a los Estados a cumplir con las decisiones de los órganos de tratados.

El Comité, por el contrario, utiliza mucho los informes de las relatorías especiales del Consejo de Derechos Humanos, así como las recomendaciones emanadas del Examen Periódico Universal, para el proceso de examen de informes periódicos de Estados, bajo el artículo 40 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

¿Cómo interactúa con el sistema interamericano de derechos humanos?

El sistema interamericano siempre se ha inspirado en el trabajo del Comité de Derechos Humanos, y ello puede encontrarse claramente al examinar las primeras decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, tanto en materia contenciosa como consultiva. En estas sentencias se hace referencia a dictámenes del Comité y dicha tendencia se mantiene hasta el momento.

Por su parte, el Comité se va inspirando progresivamente en decisiones de la Corte Interamericana y en trabajos de la Comisión, en las que el sistema interamericano ha demostrado avances importantes en la interpretación y aplicación de normas de derechos humanos. Así, el Comité está mejorando su política de reparaciones, ha tomado el abordaje de la Corte Interamericana para examinar casos de desapariciones forzadas y, naturalmente, para el examen de informes de los Estados se les pregunta en las audiencias por el cumplimiento de decisiones de la Corte Interamericana.

Desde hace algunos años, el Comité tiene dentro de sus actividades reunirse con otros órganos de derechos humanos; así, se han mantenido encuentros con la Corte Europea, hemos recibido la visita de la entonces presidenta de la Comisión Interamericana, Dinah Shelton, y hace pocos días la del vicepresidente de la Corte Interamericana, Roberto F. Caldas. En el Comité se valoran mucho esos encuentros, y esperamos profundizarlos para enriquecernos mutuamente.

¿Qué implicaciones tienen estas interacciones para las víctimas de violaciones de derechos humanos?

Siempre que hay coordinación y aplicación uniforme del derecho internacional de los derechos humanos, y que ello se realiza desde la “perspectiva pro persona”, es decir, el método hermenéutico que debe primar en todo abordaje de un órgano internacional de tutela de derechos humanos, ello beneficia naturalmente a las víctimas, no solamente para la vindicación adecuada de sus derechos, sino también para acceder a la debida reparación integral.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dictado sentencias en varios casos en contra de Estados latinoamericanos y esto ha conllevado a que las víctimas o sus familiares accedan a la justicia y a la reparación. ¿Qué puede esperar una persona que acuda en búsqueda de la protección o restitución de sus derechos ante el Comité de Derechos Humanos?

El proceso ante el Comité de Derechos Humanos es más parecido a la primera etapa del sistema interamericano, es decir aquella que se lleva adelante por la Comisión Interamericana. En el sistema de Naciones Unidas no hay un tribunal de derechos humanos que determine la responsabilidad internacional, al estilo de lo que ocurre actualmente en los sistemas regionales interamericano, europeo y africano.

Sin embargo, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos no es exactamente igual al Pacto de San José de Costa Rica, ni la interpretación del Comité de Derechos Humanos es necesariamente equivalente para ciertos derechos, con el alcance que le da a los mismos la Corte Interamericana. Hay aspectos procedimentales y de excepciones preliminares que difieren igualmente. Por todo ello existen ocasiones en que puede resultar conveniente acudir al Comité de Derechos Humanos y no al sistema interamericano, y viceversa. Quienes llevan asuntos al plano internacional deben evaluar muy bien todos esos aspectos.

¿Por ejemplo en qué caso sería más conveniente acudir al Comité que al sistema interamericano?

En realidad la conveniencia se evalúa a partir de cada coyuntura: otro dato no menor es la composición de los órganos en el momento de tomar la decisión, ya que quienes los integran no son permanentes, sino que duran unos años en su mandato y con las diferentes composiciones también hay variación en cuanto al abordaje de las cuestiones jurídicas.

Además de las recomendaciones formuladas al Estado del que se trate, ¿con qué mecanismos cuenta el Comité para proteger a las víctimas?

El Primer Protocolo Facultativo permite determinar la responsabilidad internacional de un Estado en caso de violación al Pacto, y eso pone en marcha un mecanismo de seguimiento propio, a cargo del Comité, que evalúa periódicamente el cumplimiento en sesiones públicas, lo que genera un espacio adicional de supervisión de parte de la comunidad internacional.

Luego, las relatorías temáticas del Consejo de Derechos Humanos, en el marco de sus competencias, también realizan una suerte de seguimiento que considero importante. Falta, eso sí, que se expida más claramente el Consejo de Derechos Humanos dentro del Examen Periódico Universal respecto de cada país, y utilice, como uno de los elementos para el diálogo interactivo, las decisiones de los órganos convencionales para casos individuales, como los dictámenes aprobados por el Comité en virtud del Protocolo Facultativo.

En términos generales, y más como experto internacional en derechos humanos que como presidente del Comité, ¿cómo ve la situación en materia de derechos civiles y políticos en América Latina?

Es difícil hablar en general de la región, porque las situaciones internas dentro de los Estados son diferentes. Sin duda es un avance que no existan dictaduras militares, las que va de suyo que violan sistemáticamente los derechos de las personas sometidas a su jurisdicción.

Pero ello no quiere decir que no existan aún varios problemas, y que ellos se presenten a veces como estructurales. En ese sentido, es preocupante cuando algún país de la región es examinado ante el Comité y hay que plantearle las mismas dificultades que se le plantearon años antes en el examen previo.

No es tanto por el efecto útil de las decisiones del Comité, sino porque ello refleja que en dichos temas la población continúa sufriendo falta de garantía del ejercicio efectivo de los derechos de que se trate.

Finalmente, ¿considera que estamos cerca de que Cuba ratifique el Pacto?

Cuba me ha formulado una pregunta sobre aspectos de procedimiento en el examen de informes de Estados, en ocasión de que presentara el informe anual del Comité de Derechos Humanos ante la Asamblea General de Naciones Unidas el pasado 20 de octubre. Ello me ha generado una gran satisfacción, y no solamente agradecí a la delegación su pregunta y respondí a la misma, sino que invité muy cordialmente al Estado a ratificar el Pacto y sus Protocolos.

Los Pactos Internacionales generales, el de Derechos Civiles y Políticos y el de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, cumplen, el 16 de diciembre de 2016, cincuenta años de su adopción por la Asamblea General de la ONU. No debería demorarse más la ratificación universal de los mismos, y que de esa forma los Estados en conjunto brinden a la comunidad internacional una señal inequívoca en dirección al respeto y garantía de todos los derechos para todas las personas, sin discriminación alguna.