La Importancia del Propósito Legal en los Contratos
Para muchas personas, términos legales como «propósito legal» pueden parecer puramente teóricos, relevantes solo para aquellos que trabajan en derecho contractual o campos relacionados. Después de todo, ¿cuándo fue la última vez que viste a alguien encadenado intentando salir de un contrato que firmó hace diez años porque no cumplía con el requisito de propósito legal? ¿Realmente importa el «propósito legal» fuera de las salas de tribunal? La respuesta es sí, especialmente cuando tratamos con derechos humanos internacionales.
Para empezar, necesitamos definir qué es el propósito legal en un contexto contractual y por qué es tan importante. El propósito legal es una regla básica que se aplica a todos los contratos. Al igual que una persona no necesita tener una identidad física al tratar con un concepto abstracto como el derecho contractual, los contratos realmente no necesitan un «propósito» al tratar con asuntos legales generales. Sin embargo, una vez que profundizamos en detalles específicos, el propósito se vuelve crucial. Para entender por qué el propósito legal es importante en los contratos, es necesario comprender lo que realmente significa. Para que un contrato sea válido y para que las acciones judiciales sean aprobadas en caso de conflicto, debe cumplir con ciertos criterios. Primero, las partes que firman un contrato deben poder hacerlo legalmente. Cuando se trata de derechos humanos internacionales y específicamente su subconjunto latinoamericano, este punto es indudablemente el más matizado. Generalmente, una variedad salvaje de abusos a los derechos humanos son obra de partes firmantes ilegales, como mercados corruptos, gobiernos injustos y sistemas injustos en su conjunto. Por lo tanto, la primera prueba de validez según el propósito legal no se cumple cuando se trata de actores importantes en el ámbito de los derechos humanos.
Veamos qué significa esto cuando lo traducimos a la vida real. Dado que la sociedad es un sistema complejo, tenemos todo tipo de instituciones construidas unas sobre otras. Las relaciones se cruzan todo el tiempo, ya sea compartiendo información, contratando empleados e incluso firmando contratos. Es esta última parte la que se relaciona directamente con el propósito legal. Ya sea como compradores ejecutivos o regulares en tiendas, las personas entran en contratos todos los días. Cuando compras víveres para la semana, estás firmando un contrato con un supermercado para recibir bienes. Cuando tu empleador te paga, está entrando en un contrato contigo para proporcionar servicios. Incluso si simplemente estás aceptando un puesto de trabajo, estás firmando formalmente un contrato con la empresa para proporcionar servicios. Esto es lo que designaciones legales como «propósito legal» están intentando descifrar. Si alguna vez has tenido un problema con un producto o servicio, probablemente has pensado para ti mismo: «No puede ser tan simple.» En teoría, tienes poco más que una disputa contractual. En la práctica, sin embargo, hay una serie de problemas que se forman entre el consumidor y el proveedor. En algunos casos, por ejemplo, el producto que compraste nunca fue obtenido de acuerdo con métodos legales. En otros, la empresa te ha estado maltratando a través de leyes laborales injustas y otras violaciones de derechos humanos. Para los consumidores en América Latina, el control de precios también ha sido uno de los mayores problemas últimamente.
Por supuesto, esto no significa que el propósito legal sea inherentemente malo. En muchos sentidos, ha sido beneficioso, proporcionando a los consumidores opciones que no tenían antes. Al mismo tiempo, también ha habido varios casos de problemas con cláusulas contractuales, como la interferencia con las obligaciones de los estados. Cuando los países interfieren con esas obligaciones, vemos un claro contraste con el propósito legal. La razón es simple. De la misma manera que los consumidores tienen el derecho de apelar una firma de contrato que salió mal, también lo tiene cada individuo que es víctima de una violación de derechos humanos o cualquier acción indebida por parte del gobierno. De hecho, cada persona que vive en cualquier país, desde Argentina hasta Zimbabue, tiene el derecho de acceder a la justicia y a una reparación justa bajo el derecho internacional y acuerdos de propósito legal integral. En este sentido, el propósito legal de las cláusulas contractuales es ayudar a lograr equidad y justicia. Cuando estas cláusulas se siguen correctamente, las naciones pueden ser responsables de sus acciones.
Ahora, podrías estar preguntándote si esto se aplica a instituciones como las Naciones Unidas o a organizaciones no gubernamentales como la Red Internacional de Derechos Humanos también. ¡La respuesta es sí! El propósito legal no es exclusivo del derecho contractual. Más bien, como una herramienta, puede ser utilizada para analizar un amplio espectro de problemas dentro del campo legal. En este momento, su función más importante es luchar contra los abusos a los derechos humanos en América Latina y más allá. En este sentido, los países de América Latina ya están planeando nuevas reformas para fortalecer sus sistemas legales en general y el propósito legal en particular. Cómo planean lograr esto es a través de una mejor cooperación con ONG y instituciones como la ONU, la Organización de Estados Americanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otras.