Una reflexión sobre la situación del pueblo kurdo en el contexto de inestabilidad del Medio Oriente*

 

Ginebra, 14 de octubre.- La guerra civil en Siria da nuevos giros. El contundente avance de los yihadistas del Estado Islámico o EI (anteriormente conocido como ISIL, Estado Islámico de Irak y el Levante), preocupa a muchos países europeos y sobre todo a Estados Unidos. 

La comunidad internacional ha intentado intervenir por la vía diplomática para que esta guerra acabe antes de que sea demasiado tarde. Los ataques de las fuerzas armadas de Baschar-Al Assad han sido condenados por numerosos países con excepción de Rusia y China. Al final de 2013 los Estados Unidos y Rusia iniciaron negociaciones sobre Siria, en Ginebra, con el objeto de crear un espacio de entendimiento entre las partes. Más adelante, la conferencia de Paz para Siria, Ginebra II, fue puesta en marcha por la ONU, con el fin de alcanzar un acuerdo sobre la creación de un gobierno de transición entre los opositores y el gobierno de Al-Assad. La conferencia no aportó soluciones, las discusiones fracasaron y la vía diplomática fue desechada. Es por esto que, el pasado mes de septiembre, por primera vez, hubo ataques aéreos de la coalición militar internacional contra los yihadistas. 

Existen otras fuerzas que luchan contra los yihadistas en Siria desde hace ya dos años. Son los combatientes de las Unidades de Protección del Pueblo o PYD, (por sus siglas en kurdo), quienes defienden a la minoría kurda del norte de Siria y constituyen la rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Esta minoría étnica replantea la pregunta: ¿quiénes son realmente los kurdos? Se trata de una población de 35 millones de personas que vive en Oriente Próximo y son, hoy en día, la nación más grande sin Estado en el mundo. La región del Kurdistán se encuentra entre el sudeste de Turquía, el nordeste de Irán, el norte de Iraq y el nordeste de Siria. Los kurdos no cuentan con un país reconocido por la comunidad internacional, sin embargo, han vivido en esta región y han solicitado un estatus oficial durante décadas. 

Una nación y cuatro países

El acontecimiento central que más ha marcado la historia de los kurdos es, sin duda, la firma del Tratado de Lausana, el 24 de Julio de 1923. Fue el acto oficial que dispersó a los kurdos en 4 países: Turquía, Irán, Iraq y Siria. Desde entonces, el pueblo kurdo ha vivido una estricta política de asimilación dirigida por esos Estados. Pese a ello, en todo lugar los kurdos reivindican su derecho a hablar libremente su idioma y a vivir según su cultura. Por lo pronto, el kurdo, es una lengua compuesta principalmente por dos dialectos: el Kurmanji, hablado por los kurdos del norte y el Sorani, hablado por los kurdos del sur y escrito en alfabeto árabe. La separación de los kurdos en los cuatro países ha tenido un efecto muy negativo sobre la lengua kurda que corre el riesgo de desaparecer. Por cierto, el kurdo no es una lengua reconocida ni enseñada en los cuatro países salvo Iraq, donde la situación ha cambiado recientemente en su favor.

Fuente: El estrecho camino de los kurdos entre Iraq y Turquía, Laure MARCHAND, Publicado en Le Figaro el 8 de Octubre de 2009.

Fuente: El estrecho camino de los kurdos entre Iraq y Turquía, Laure Marchand, Publicado en Le Figaro el 8 de Octubre de 2009.

Los kurdos tampoco tienen una sola religión común. Muchos tipos de creencias están presentes en el seno de esta población. La mayoría de los kurdos son musulmanes sunitas y una minoría cristiana vive en el Kurdistán de Iraq. También hay kurdos que practican el yazidismo, que es uno de los cultos más antiguos en Mesopotamia. Los yazidíes veneran al Taous Malek, un ángel representado por un pavo real que es el símbolo de la belleza, la diversidad y el poder. Varios miles de yazidíes viven en Iraq y en Siria. Debido a su creencia, los yazidíes han sido víctimas de persecuciones incesantes, la última de las cuales ocurrió el 4 de septiembre de 2014 en la ciudad de Sinjar, perpetrada por los yihadistas del Estado Islámico. Hoy, alrededor de 35 mil yazidíes se ocultan en las montañas y otras decenas de miles se refugian en Turquía y en Iraq para protegerse de los ataques del EI. Entre los años 1949  y 1959, 25 mil kurdos judíos se exiliaron en Israel y actualmente se estima que son más de 160 mil en ese país. 

Región autónoma del Kurdistán: inicio de un Kurdistán libre

Divididos en 4 países, los kurdos continúan luchando por sus derechos fundamentales. Viven la intimidación de las autoridades y las fuerzas militares en los países donde se encuentran y el nivel de opresión varía de un país a otro. Actualmente los kurdos de Iraq gozan de una mejor situación en comparación al resto. Sin embargo, bajo el régimen de Sadam Hussein los kurdos de esta región sufrieron una de las más grandes masacres del siglo XX. Esta matanza tuvo lugar el 16 de marzo de 1988 en la ciudad de Halabja mediante la utilización de armas químicas a base de gas, que mató más de 5 mil kurdos civiles, en su mayoría mujeres y niños. Tras la caída de Saddam en 2003, los kurdos de Iraq pudieron realizar su sueño de un Kurdistán independiente. Hoy, el nordeste de Iraq es una región autónoma kurda que tiene su propio gobierno regional reconocido por la constitución iraquí desde 2005. El gobierno regional de Kurdistán cuenta con su propio ejército legítimamente constituido y conformado por los Peshmergas, quienes defienden las regiones autónomas. El Kurdistán iraquí se encuentra en pleno desarrollo económico y ha logrado un destacado crecimiento en el campo educativo y de la construcción. Se ha convertido, por lo tanto, en un polo de empleo para los kurdos de los otros países. 

El Estado turco no trata mejor a los kurdos

La independencia inesperada en el Kurdistán de Iraq ha dado esperanzas a los kurdos y resulta una fuente de inquietud para los Estados fronterizos como Turquía. La mayoría del pueblo kurdo vive en este país, el cual ha instaurado una política discriminatoria en su contra, desde la proclamación de la República en 1923. Los kurdos son una de las más grandes minorías que se encuentran en Turquía, sobrepasando los 15 millones. Estos, han sido víctimas de numerosas masacres cometidas por las fuerzas armadas turcas desde hace muchos años. Más de 4 mil pueblos quemados y destruidos por las fuerzas militares, todo lo cual ha generado una migración masiva de kurdos a las metrópolis turcas. La región kurda de Turquía es subdesarrollada en relación al resto del país, lo cual forma parte de las estrategias emprendidas por el Estado turco.

A partir de 1984, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) inició una oposición armada contra la República Turca, con el objetivo de crear un Kurdistán independiente y libre. Dicho conflicto, ha dejado miles de muertos en ambos lados y el gobierno actual se encuentra en un proceso de paz con el PKK, que no parece avanzar mucho por el momento. El PKK reivindica una región kurda autónoma en el seno de un sistema federal, el reconocimiento de la identidad kurda y la enseñanza del kurdo en las escuelas públicas. La minoría kurda está representada en el parlamento turco por 20 diputados militantes del partido pro-kurdo BDP, el cual mantiene vínculos muy cercanos con el PKK. Después de 30 años de conflicto, los kurdos de Turquía siguen siendo oprimidos, toda vez que la lengua kurda sigue sin ser enseñada, los nombres kurdos se prohíben con frecuencia y la libertad de expresión de este pueblo no se respeta.  

El Kurdistán sirio: el nuevo objetivo de los yihadistas

El PKK está presente en las 4 partes del Kurdistán y toma parte en el combate contra el EI para proteger a los kurdos de Siria que han sido abandonados a su suerte. En 2011, antes del inicio de la guerra civil, 2 millones de kurdos vivían en Siria, de los cuales miles han debido escapar y refugiarse en los países vecinos o en Europa. Los kurdos de Siria nunca han sido reconocidos por el Estado sirio y un embargo económico se aplica a sus ciudades. Los otros Estados (Irán, Turquía e Iraq), han procurado desde siempre asimilar a los kurdos; en cuanto al Estado sirio, jamás ha otorgado la nacionalidad siria a los kurdos, quienes son considerados simplemente como apátridas. El pueblo kurdo en Siria carece pues, de una existencia legal. Además, la situación actual no parece cerca de solucionarse porque los kurdos de Siria siguen siendo cruelmente perseguidos por los yihadistas del EI.

Los kurdos: doblemente perseguidos en Irán

En Irán, los kurdos ascienden al 16% de la población y su situación empeora cada año. En ese país, los kurdos, que son sunitas, sufren una discriminación confesional por no pertenecer a la mayoría chiita. En Irán, el islam chií es la religión de Estado y allí, la identidad religiosa pesa más que la identidad cultural. Esta es la razón por la que los kurdos de dicha región son doblemente perseguidos. El Kurdistán iraní presenta la tasa de desempleo más elevada en comparación al resto del país. Es una región subdesarrollada donde la toxicomanía no cesa de crecer bajo la indiferencia total de las autoridades. La persecución contra los kurdos en Irán no se detiene, las detenciones, los encarcelamientos y las condenas a muerte son numerosas. El idioma kurdo está prohibido, así como las asociaciones culturales y de defensa de los derechos humanos que no pueden tener ningún tipo de existencia legal.

La resistencia más allá de las fronteras de Kurdistán 

Al propio tiempo, más de un millón de kurdos viven en diáspora, mayoritariamente en Alemania, Francia, Reino Unido y Suecia. Son muy activos y dirigen asociaciones que apoyan a los partidos políticos kurdos. Organizan manifestaciones con el fin de atraer la atención de la comunidad internacional de cara a las persecuciones que siguen padeciendo en el Kurdistán. El 21 de septiembre de 2014, tres diputados del partido pro-kurdo BDP, Selma Irmak, Sebahat Tuncel y Kemal Aktas, hicieron una huelga de hambre durante siete días frente al Palacio de Naciones Unidas en Ginebra. Actualmente la situación más preocupante es la del Kurdistán sirio, que corre el riesgo de caer en manos de los yihadistas, lo que significaría una verdadera masacre para la comunidad kurda. De esta manera, la guerra continúa aumentando el saldo de víctimas: hombres, mujeres y especialmente niños inocentes.  

 

* Texto redactado al francés y traducido al español por Jefferson Ladino.