Por: Mélanie Belfiore

 

Ginebra, 30 de junio.- El Relator Especial de la ONU sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, Mutuma Ruteere, presentó ayer ante el Consejo de Derechos Humanos su informe anual, en el cual argumentó que el uso de perfiles raciales violaban los derechos humanos. Ruteere concluyó que esta discriminación no se podía justificar para luchar contra el terrorismo.

El Relator Especial definió la utilización de perfiles raciales y étnicos como el recurso de los agentes de las fuerzas del orden para instaurar registros detallados, controles de identidad e investigaciones con criterios basados en la raza, el color de la piel o la ascendencia. También indicó tales perfiles se han establecido a partir de estadísticas raciales en las que se demostró que “sesgos implícitos tienen efectos notables”.

Precisamente, esta práctica, que supuestamente tiene como objetivo optimizar la seguridad de los ciudadanos, surgió “para contrarrestar la amenaza del terrorismo”. Sin embargo, Ruteere insistió en que los perfiles raciales violaban múltiples derechos humanos, como el derecho a no ser sometido a discriminación racial, a la igualdad ante la ley, a la libertad y la seguridad personales y a la presunción de inocencia. De este modo, concluyó que no era una “respuesta válida” contra el terrorismo.

Una manifestación de rechazo contra el uso de perfiles raciales y étnicos ya había sido expresada en el seno del la Organización de Estados Americanos (OEA). La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció su utilización puesto que tiende a «singularizar de manera discriminatoria a individuos o grupos con base en la errónea suposición de la propensión de las personas con tales características a la práctica de determinados tipos de delitos».

Durante el diálogo con el Relator Especial en el seno del Consejo de Derechos Humanos, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) coincidió con el experto en la “naturaleza fundamentalmente discriminatoria de los perfiles raciales” dado que “agrava la discriminación ya sufrida a causa del origen étnico o la condición de miembro de una minoría”.

Además, Bolivia alentó “a ratificar la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, a aquellos países que todavía no lo han hecho” para eliminar el uso de perfiles raciales y generar “acciones de prevención y reparación a las personas y grupos que por décadas vienen sufriendo discriminación sistemática”.

Para luchar contra los perfiles raciales, el Relator Especial recomendó instaurar un marco jurídico sólido, fomentar la formación de los funcionarios y sensibilizar a la sociedad civil para que se denuncien esas prácticas en nombre de personas que han sido víctimas. También destacó la necesidad de “recopilar datos” para “demostrar la existencia y el alcance de la utilización de perfiles raciales”.

De este modo, Ruteere insistió en el papel fundamental de las “estadísticas desglosadas por origen étnico y raza” para medir los problemas de discriminación. España subrayo “el riesgo de que la estadística desagregada por perfil étnico o racial no conlleve en sí mismo una forma de discriminación y refuerce el racismo en lugar de luchar contra él”.

El Relator Especial contestó que las estadísticas desglosadas son datos que tienen que ver con aspectos estructurales del racismo, por esta razón es necesario contar con los datos adecuados para saber quiénes son excluidos. También especificó que iba a desarrollar un reporte dedicado a esta problemática.