Por: Carmen Lucía Castaño

 

Con un discurso del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH), Zeid Ra’ad Al Hussein, inició hoy en Ginebra la vigésimo octava sesión del Consejo de Derechos Humanos, órgano intergubernamental integrado por 47 Estados. 

Al inicio de su intervención Ra’ad Al Hussein afirmó que en la lucha contra la violencia extremista, los Estados deben ser cuidadosos e inteligentes y basarse estrictamente en los principios del derecho internacional humanitario para no terminar justificando los intereses de los violentos. «Cómo definamos los primeros capítulos de este agitado siglo depende enormemente de que no nos comportemos como ellos», dijo.

El Alto Comisionado se refirió enseguida al hecho de que a pesar de que todos los Estados presentes en la sala habían adquirido el compromiso de velar por el cumplimiento de los derechos humanos, éstos siguen siendo ignorados o violados con regularidad. «Los Estados invocan circunstancias excepcionales… eligen entre los derechos… un gobierno puede estar profundamente comprometido con los derechos de las mujeres o los de las comunidades LGBTI, pero oponerse a toda sugerencia de ampliar esos mismos derechos a migrantes con estatus irregular».

Así mismo, señaló que la mayoría de las víctimas de violaciones de los derechos humanos son personas que padecen la carencia y la discriminación y que estos factores, así como las violaciones, son el resultado de decisiones políticas que «limitan la libertad y la participación y crean obstáculos para la repartición justa de los recursos y de las oportunidades». Para combatir la pobreza y el conflicto, señaló Ra’ad Al Hussein, el instrumento más poderoso con que cuentan los Estados es «el arma de (la) instrucción masiva».

El Alto Comisionado indicó que su propia experiencia como diplomático le permitía saber la importancia que los Estados otorgan a su representación internacional, a la imagen del país que se construye en esos escenarios y al respeto que la comunidad internacional otorga a sus naciones. Sin embargo, acotó, toda esa preocupación es insignificante en sí misma porque el mundo es consciente de que los derechos humanos son violados en esos mismos países que participan de la diplomacia. Por eso, agregó, por la única reputación que deben preocuparse los Estados es por la que se construye al dar pasos para prevenir abusos y honrar la dignidad de los pueblos.

«La única medida del valor de un gobierno no es su lugar en el baile solemne de la gran diplomacia. Es la extensión de su sensibilidad a las necesidades de sus nacionales y de otras personas que se encuentren bajo su jurisdicción o sobre quienes ejerza control físico», afirmó Ra’ad Al Hussein.

Por otro lado, anunció que el próximo jueves se hará efectiva una reorganización en su Oficina cuyo cambio más importante será el fortalecimiento del personal en el terreno con el fin de colaborar de manera más directa con los Estados.

El Alto Comisionado finalizó su discurso pregúntandose qué sería del mundo si ignorara los tratados internacionales y los principios que los sustentan. «¿Podemos ser tan estúpidos como para repetir escenas del siglo XX?», inquirió. “Juntos, si logramos (…) mejorar nuestra condición global, podemos decir que los gritos de la historia y de millones de víctimas han sido finalmente escuchados. Hagámoslo”, concluyó.

El informe de actividades de su Oficina será presentado ante el Consejo el próximo jueves 5 de marzo y será seguido por un debate general. Panorama Diplomático estará presente en ambos eventos.