Por: Ines Carel

 

Ginebra, 18 de noviembre.- El encargado de derechos humanos para la Unión Europea, Ricardo Serri, declaró hoy en la ONU que es “crucial y urgente” proteger la vida de los defensores de derechos humanos que denuncian las violaciones cometidas por empresas. “Los ataques a defensores de derechos humanos ya no son ocasionales. Se ha vuelto parte de una política que está, si se me permite decir, ‘de moda’ en numerosas regiones y lo sabemos muy bien”, lamentó.

Estas declaraciones se dieron en el panel titulado “Los desafíos que enfrentan los defensores de los derechos humanos en un contexto de actividades empresariales y de compresión de la sociedad civil”, que tuvo lugar el marco del IV Foro mundial sobre empresas y derechos humanos, llevado a cabo desde el lunes 16 de noviembre hasta hoy en Ginebra, sede europea de la ONU.

Otra de las panelistas que participó en la discusión fue la abogada Suzanne Spears, de la firma Volterra Fietta, quien concordó con Serri al afirmar que “en este momento pasamos por una crisis en la que hay campañas para silenciar a los defensores de derechos humanos”.

Por su parte, Geneviève Paul, directora de Globalización y derechos humanos de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), declaró que “hay una inmensa desconexión entre las obligaciones de derechos humanos que tienen los Estados y lo que se ve en la práctica”.

“No paramos de documentar casos de asesinatos de defensores, de hostigamiento judicial y de criminalización de las protestas sociales como una tendencia creciente. Acabamos de escribir un informe sobre esto último, que es un problema creciente en América Latina y otras partes del mundo”, agregó.

A la pregunta por cómo se puede remediar la desconexión entre las obligaciones de los Estados y la realidad de los defensores de derechos humanos, Paul contestó que “lo primero para los Estados y las compañías es hablar con los defensores y las defensoras que suelen ser invisibles, que no han sido consultados y que corren un gran peligro”.

Con el fin de proteger sus derechos, añadió, “hay que reconocer el papel que juegan. No son enemigos del desarrollo como se les pinta a menudo en los medios. Son nuestra mejor esperanza”.

En un tono más positivo, Paul concluyó diciendo que “una de las maneras de pedir más rendición de cuentas por parte de los Estados y de las compañías es creando ese espacio en la ONU y eso es lo que estamos tratando de hacer”.