La represión y el uso excesivo de la fuerza en Bolivia solo avivarán más la ira: Bachelet

por | 16-11-2019

La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos condenó la muerte de 17 personas y advirtió a las autoridades que la situación “puede salirse de control”.

Luego de la muerte de cinco manifestantes el viernes en Cochabamba, la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, deploró el saldo de víctimas fatales en el contexto de las protestas en Bolivia, que ya se eleva a 17 personas fallecidas “incluidas 14 solo en los últimos seis días”.

“Mientras las primeras muertes se produjeron como resultado de enfrentamientos violentos entre manifestantes rivales, las más recientes parecen derivar de un uso innecesario o desproporcionado de la fuerza por parte de personal policial o militar”, dijo Bachelet a través de un comunicado divulgado este sábado en Ginebra.

“Condeno estas muertes. Se trata de un desarrollo en extremo peligroso, pues lejos de apaciguar la violencia, es posible que la empeore”, agregó la alta comisionada, para quien la situación en Bolivia “puede salirse de control si las autoridades no la manejan cuidadosamente, de acuerdo con las normas y estándares internacionales que rigen el uso de la fuerza y con un respeto pleno por los derechos humanos”.

“El país está dividido y personas de los distintos sectores del espectro político se encuentran indignadas. En una situación como esta, las acciones represivas de parte de las autoridades simplemente avivarán más esa ira, y pueden poner en peligro cualquier camino de diálogo posible”, añadió Bachelet en su comunicado, en el que también manifestó su preocupación por las más de 600 personas detenidas desde el pasado 21 de octubre, según estima la oficina de derechos humanos de la ONU.

“Todos los sectores tienen el derecho a hacer oír sus voces, cuestión fundamental para la democracia”, recordó Bachelet, por lo que llamó “a todos los actores, incluyendo a los manifestantes, a que renuncien a la violencia para transitar hacia una solución pacífica a la crisis actual”.

De igual forma, la alta comisionada pidió a las autoridades divulgar datos oficiales sobre el número detenidos, heridos y fallecidos durante las protestas y a llevar a cabo investigaciones prontas, imparciales, transparentes y completas “para asegurar una rendición de cuentas total”. Así mismo, les solicitó abstenerse de emplear al ejército en operaciones de orden público.

En el comunicado de la funcionaria de la ONU no hay referencias a las circunstancias en las que salió del poder el domingo anterior el expresidente Evo Morales, presionado por las fuerzas militares tras dos semanas de protestas desencadenadas por denuncias de fraude en los comicios del 20 de octubre. Tampoco se refirió a la legitimidad del Gobierno interino encabezado por Jeanine Áñez desde el pasado martes.

El viernes 25 de octubre, la alta comisionada ya había pedido a las partes en conflicto entablar un diálogo urgente advirtiendo que, de lo contrario, existía “un grave riesgo de que la situación se salga de control”.

Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, designó el pasado jueves al diplomático francés Jean Arnault como su enviado personal para Bolivia. Según informó Guterres a través de su portavoz, la misión de este funcionario es “establecer contactos con todos los actores y ofrecer el apoyo de las Naciones Unidas a los esfuerzos para encontrar una solución pacífica de la crisis y garantizar elecciones transparentes, inclusivas y creíbles”.