Nicaragua reiteró en la ONU su compromiso con la paz, pero la violencia en el país no cesa
Mientras que el ministro de Política Nacional de Nicaragua reiteró la voluntad del Estado de trabajar con organizaciones internacionales, en el país hubo ataques contra manifestantes por parte de la policía y de grupos parapoliciales.
«Las organizaciones internacionales pueden tener un papel importante en rescatar la confianza mutua y verificar de forma independiente el cumplimiento de los acuerdos», afirmó ayer el ministro de Política Nacional de Nicaragua, Paul Oquist, en su alocución ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Por esta razón, aseguró el funcionario, y “con el fin de contribuir al cese de toda violencia”, Nicaragua invitó a la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (OACNUDH) a hacer una visita oficial al país.
La invitación a la OACNUDH se produjo luego de las reiteradas solicitudes que esta instancia de la ONU extendió al Estado desde que comenzaron las protestas antigubernamentales el pasado 18 de abril, y en las que han sido asesinadas por lo menos 212 personas y otras 1337 han resultado heridas, según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicado también el viernes ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Sin embargo, paralelamente en el país persisten los ataques de grupos armados, presuntamente paramilitares, sobre todo en Masaya, en donde fueron asesinadas tres personas el pasado martes, y en la capital, Managua, en donde la prensa reportó hoy al menos dos personas muertas.
La situación de Nicaragua preocupa al Consejo de Derechos Humanos
En su discurso de apertura de la 38. ª sesión del Consejo de Derechos Humanos, que empezó el pasado lunes en Ginebra, Zeid Ra’ad al Hussein, alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, llamó al cese de la violencia en Nicaragua y pidió al Consejo contemplar la creación de una comisión internacional de investigación con el fin de esclarecer los hechos ocurridos durante las protestas.
En su intervención luego de la alocución de Zeid, Nicaragua denunció una campaña de difamación como la «principal causante del derramamiento de sangre», rechazó la «injerencia extranjera» y culpó a «factores desestabilizadores» por la violencia.
Reacciones de la sociedad civil
Alexandra Salazar Rosales, defensora de derechos humanos de la Articulación de Movimientos Sociales y Sociedad Civil, quien estuvo esta semana en Ginebra como parte de una campaña de visibilización de la crisis que vive el país, compartió con Panorama sus impresiones: «La postura del Gobierno es bien clara. Es contradictoria: es vender a los organismos internacionales lo que, con mucho cinismo, vienen diciendo todo este tiempo, que quieren la paz. Pero nos están matando. El día de hoy, Nicaragua amaneció en ataques. Hay varios muertos en la UNAN-Managua».
«Lo que estamos viendo es que el Gobierno tiene voluntad de negociar, pero no tiene voluntad de ceder el poder», declaró Salazar.
El próximo viernes 29 de junio, el secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrão, estará en la sede del Consejo de Derechos Humanos para presentar el informe sobre la situación en Nicaragua al que el canciller, Denis Moncada, rechazó y calificó de «parcializado» tan solo horas después de la intervención del ministro Oquist en Ginebra.