Oficina de derechos humanos de la ONU denuncia grave situación de indígenas en Nicaragua

por | 07-02-2020

Según ONG locales, en los últimos cinco años 40 indígenas han sido asesinados, 47 han sido heridos y 44 secuestrados en casos relacionados con invasiones de tierras.

“Estamos muy preocupados por los reiterados ataques contra pueblos indígenas en Nicaragua, la falta de protección de sus derechos y la impunidad de los delitos cometidos contra ellos”, manifestó este viernes la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, cuya portavoz precisó en Ginebra que la mayor parte de los ataques han sido perpetrados por colonos, “quienes intentan obligar a los pueblos indígenas a abandonar sus tierras ancestrales, con el fin de utilizarlas para la tala ilegal y la cría de ganado”.

Según datos citados por la vocera de la ACNUDH, recolectados por el Centro por la Justicia y los Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (CEJUDHCAN), “desde 2015, unas 40 personas indígenas han sido asesinadas, 47 han sido heridas, 44 secuestradas y cuatro permanecen desaparecidas, en casos relacionados con invasiones de tierras”.

“El incidente más reciente ocurrió el 29 de enero de 2020, cuando decenas de hombres armados atacaron a la comunidad mayangna que habita en el interior de la Reserva de la Biosfera de Bosawás, un área protegida remota de la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte”, ubicada a 300 km al norte de la capital, Managua. Allí, cuatro miembros de la comunidad alal murieron, otros dos resultaron heridos y 16 casas fueron incendiadas, lo que originó un desplazamiento de cientos de personas de la comunidad y sus alrededores. Estos hechos ya habían sido condenados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

La ACNUDH denunció que los agentes de la policía no llegaron al lugar hasta el día siguiente.

En noviembre de 2019, los mayangnas informaron públicamente que habían recibido amenazas de muerte de parte de los colonos, e indicaron que no recibieron la protección adecuada.

Además, informó la portavoz, el 4 de enero de este año, Mark Rivas, un líder indígena miskitu, fue hallado muerto con una herida por arma de fuego en Bilwi, en la misma Región Autónoma.

“El Sr. Rivas habría recibido amenazas de muerte anónimas después de acusar al partido gobernante de crear divisiones entre las comunidades indígenas”, expresó con preocupación la vocera de Michelle Bachelet, quien recordó que el Estado tiene la obligación de garantizar la protección de los pueblos indígenas y sus tierras, incluso frente a terceros.

En un comunicado difundido paralelamente con la declaración, la ACNUDH aseguró que el 31 % del territorio nicaragüense alberga actualmente a pueblos indígenas y afrodescendientes y que, a pesar de que el Estado les ha concedido derechos sobre sus tierras ancestrales mediante la aprobación de la Ley 445 en 2003, “siguen enfrentándose a desafíos y presiones debido a las recurrentes invasiones de colonos”.

Según una evaluación conjunta de una organización no gubernamental danesa y el Gobierno Territorial de los mayangna, citada por la ACNUDH, entre 1999 y 2015 se deforestaron en promedio 600 hectáreas de la Reserva de la Biosfera de bosawás por año, y la tasa de deforestación se duplicó de 2010 a 2015. En la zona donde se produjeron los últimos homicidios, el número de hogares no indígenas se duplicó de 2009 a 2015, hasta casi 200.

“Instamos a las autoridades nicaragüenses a que realicen investigaciones rápidas, exhaustivas, independientes e imparciales sobre estos incidentes, y a juzgar y sancionar a los responsables”, dijo la portavoz, quien concluyó insistiendo en que también es obligación de las autoridades adoptar “las medidas necesarias para prevenir nuevos actos de violencia y proteger las tierras, los territorios y los recursos de las comunidades indígenas”.