Por: Lorena Cañas

 

La Organización de las Naciones Unidas tiene su sede europea en el Palacio de las Naciones: un complejo de edificios construidos entre 1929 y 1937 en una zona del Parque Ariana ubicado en Ginebra, Suiza.

Ocupa una superficie de 45 hectáreas junto a la avenida de la Paz. El edificio ofrece una hermosa panorámica del lago Lemán, los Alpes y el famoso Mont Blanc. Al otro lado de la avenida, se encuentra la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja.

Dato curioso…

A lo largo del parque de la Ariana y de las instalaciones externas del Palacio de las Naciones se pueden observar unos curiosos, hermosos y coloridos inquilinos permanentes: los pavos reales de la ONU. Ellos se pasean con su llamativo plumaje y característico canto engalanando los jardines del extenso terreno.

pavo01

La población de estas magníficas aves que se pavonean por las 45 hectáreas del parque, asciende ya a 11 miembros: 5 machos, 4 hembras y 2 pequeños que nacieron este año. Su cuidado está cargo de los jardineros del parque, quienes los alimentan una vez al día y adecuan una caseta de máquinas en invierno para que las hembras y sus crías se protejan del frío.

Todos nacieron en el parque de la Ariana y se han adaptado perfectamente al ambiente de la reserva natural. Durante las noches se guarecen en las frondosas ramas de los árboles para evadir a sus depredadores naturales, las martas y los zorros.

pavo02

Para los emplumados amigos, es un hábito el tránsito diario de miles de personas que visitan y hacen vida en el Palacio de las Naciones. Ellos saben que son los consentidos, desfilan sus trajes de colores frente a los objetivos de todas las cámaras fotográficas o de vídeo que les capturan como a modelos en un desfile de alta costura de las más afamadas pasarelas.

Un poco de historia…

pavo03

La familia Revilliod de la Rive donó este parque a la ciudad de Ginebra poniendo algunas condiciones: que sus pavos reales pudiesen pasearse libremente por el parque, que el Señor de la Rive fuese enterrado allí y que el referido parque fuese abierto al público.

El cantón y la ciudad de Ginebra y la Fondation pour Genève, le dan al público en general, en ocasiones especiales, la oportunidad de acceder al impresionante parque que fuese propiedad de la familia Revillon de la Rive. Fue su último descendiente el que lo donó a la ciudad.