Por: Gabriela Sotomayor
Ginebra, 8 de abril.- La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), organización que congrega a la mayoría de ligas nacionales de derechos humanos en el mundo, instó al presidente de México, Enrique Peña Nieto, a implementar las recomendaciones formuladas por el Relator Especial de la ONU contra la Tortura, Juan Méndez, y le solicitó que acepte una visita de seguimiento del experto.
En una carta abierta al presidente Peña Nieto, la FIDH instó al país a “cooperar plenamente y de buena fe con todos los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, y a adoptar todas las medidas necesarias para implementar sin demora todas las recomendaciones y observaciones finales del Relator Especial sobre la Tortura’’.
Esta carta surgió a raíz de las declaraciones del gobierno mexicano en las que desconoce las conclusiones del experto de la ONU, así como de su insistencia en tratar de desacreditarlo ante la comunidad internacional luego de que Méndez sostuviera en su informe al Consejo de Derechos Humanos que la tortura en ese país es una “práctica generalizada’’.
De igual forma, la FIDH llamó al Estado mexicano a aceptar las recomendaciones de otros mecanismos de la ONU, como el Comité contra la Desaparición Forzada, el cual también concluyó que esta violación de los derechos humanos es “generalizada” en México.
“El gobierno también debe permitir que los Relatores Especiales lleven a cabo un seguimiento de las visitas al país, para verificar la aplicación de las recomendaciones realizadas”, urgió la Federación en la carta.
Por otra parte, expresó su preocupación “por lo que parece ser un importante retroceso en la política exterior relativa a los derechos humanos en México’’, como se ilustra en las declaraciones de los representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores en los informes del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura y del Comité de la ONU sobre Desapariciones Forzadas.
En intervenciones realizadas ante senadores de México y en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el embajador Juan Manuel Gómez Robledo, Subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de México, calificó el comportamiento del Relator Especial contra la tortura como «poco profesional y poco ético» luego de que este informó, después de visitar el país, que la tortura en México es «generalizada».
La FIDH lamentó que el embajador Gómez Robledo hubiera advertido que el Estado mexicano ya no trabajará más con el Relator Especial. “Este cambio negativo en la política exterior de México contrasta drásticamente con la contribución de México a la agenda internacional de los derechos humanos, en particular en la ONU’’, observó la FIDH.
Para la organización, México juega un papel influyente en el Consejo de Derechos Humanos y tiene una fuerte tradición de cooperación con los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, toda vez que es uno de los primeros países en haber extendido, en 2001, una invitación permanente a todos los titulares de mandatos de los procedimientos especiales.
“Los recientes comentarios del embajador Gómez Robledo, respaldados públicamente por el ministro de Asuntos Exteriores, José Antonio Meade, van claramente en contra de estos compromisos de larga data’’, subrayó la FIDH.
“A la luz de las graves dificultades que México está enfrentando actualmente a nivel interno, es crucial que el país adopte una posición de principio en su política exterior de derechos humanos’’, enfatizó la organización en la misiva enviada al presidente mexicano.
“Solo mediante el reconocimiento de la dimensión de los desafíos en derechos humanos que éste enfrenta -documentados por los mecanismos de Naciones Unidas-, México será capaz de hacerles frente y permitir el pleno respeto, protección y realización de los derechos humanos en el país”, concluyó la ONG.