Prácticas de las maras son para la ONU “formas contemporáneas de esclavitud”

por | 16-09-2016

Tras visitar El Salvador, una experta de la ONU señaló que los feminicidios, abusos sexuales y reclutamiento forzado perpetrados por las maras Salvatrucha y Barrio 18 tienen lugar “en condiciones análogas a la esclavitud”.

La ONU incluyó a las maras salvadoreñas entre los perpetradores de las “formas contemporáneas de esclavitud”, prohibidas en virtud del derecho internacional de los derechos humanos. Así lo verificó, al cabo de una visita al país, su Relatora Especial en la materia, Urmila Bhoola, quien rindió su informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, reunido en Ginebra del 13 al 30 de septiembre para su trigésima tercera sesión.

Bhoola manifestó estar “extremadamente preocupada” por “los casos de mujeres que eran objeto de abusos sexuales por parte de miembros de las maras, en condiciones análogas a la esclavitud, y del reclutamiento forzado de niños para que participen en las actividades” de las mismas. Y citó a las maras “Salvatrucha” y “Barrio 18”, dando por probado que cada una de ellas reúne a 70 000 miembros.

En el marco de su visita al país, que tuvo lugar del 18 al 29 de abril de 2016, la Relatora recibió “denuncias inquietantes de extorsión, intimidación y actos de violencia perpetrados por las maras, como la extorsión de ciudadanos y funcionarios estatales, homicidios, en particular feminicidios, múltiples formas de violencia contra la mujer”, vandalismo en las escuelas y control territorial en algunas regiones.

Estas prácticas criminales de las maras han impedido a los ciudadanos acceder a la educación, la salud y otros servicios del Estado.

Otras violaciones de los derechos humanos

Entre los efectos que desbordan su mandato, la experta de la ONU citó “el aumento del número de migraciones en condiciones precarias, en particular de niños no acompañados, el agotamiento de la capacidad financiera y técnica del Estado, la interrupción de la educación de los niños, la limitación de los espacios públicos compartidos y la intensificación de la desigualdad de género y de vulnerabilidad de las mujeres y las niñas ante la violencia”.

Boohla felicitó al Gobierno por el plan El Salvador Seguro. Lo valoró como integral ya que comprende “elementos de prevención, el acceso a la justicia y a servicios de atención a las víctimas y el respeto de derechos humanos”. Por esto, instó a que las autoridades lo asuman “como un componente fundamental en la tarea de combatir y prevenir la esclavitud” y sus prácticas análogas.

¿Cómo fortalecer el sistema de protección a la población?

La Relatora recomendó a El Salvador ratificar el Convenio sobre las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos de la OIT, la Convención Suplementaria de 1956 sobre Abolición de la Esclavitud, la Trata de Esclavos y las Instituciones y Prácticas Análogas a la Esclavitud, y que “haga más severas las sanciones administrativas y penales por trabajo forzoso en el Código de Trabajo”.

Requirió además que se continúe “perfeccionando el sistema nacional de protección de la niñez y vele por que tenga la capacidad suficiente para proteger a los niños que son objeto de formas contemporáneas de la esclavitud y violaciones conexas de los derechos humanos, o corren ese riesgo” y urgió a que se considere “eliminar toda excepción a la edad mínima legal para contraer matrimonio, establecida en 18 años”.

Igualmente, la experta de la ONU alentó a crear “una red nacional integral de centros de acogida para las víctimas de violencia relacionadas con las formas contemporáneas de esclavitud”, a las que recurren las maras, y a evitar “toda penalización de las mujeres y niños que pueden haber realizado actividades delictivas (…) en el contexto de las actividades de las maras”.

La erradicación del trabajo forzoso y la instauración de un trabajo decente y adecuadamente remunerado, en igualdad de condiciones para mujeres y hombres, son para la ONU la mejor prevención contra las nuevas formas de esclavitud, en paralelo con la prohibición del trabajo infantil y con el “acceso de los niños y los jóvenes a todos los niveles de enseñanza”, tanto en zonas rurales como urbanas.

Haciendo uso de su derecho a réplica, el embajador de El Salvador en Ginebra, Joaquín Maza Martelli, agradeció la visita de la Relatora y acogió con beneplácito su informe. El diplomático aseguró que las recomendaciones, que considera “positivas”, “serán debidamente atendidas e implementadas conjuntamente con todas las instituciones gubernamentales involucradas”.