Preocupación en la ONU por posible aumento de la tortura en el Gobierno de Donald Trump
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se manifestó alarmado por la influencia que pueda tener sobre otros países una eventual reinstalación de la tortura como técnica de interrogación en Estados Unidos.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, advirtió sobre la influencia que tendría en otros países la decisión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de reinstalar la tortura como método para recabar información de los detenidos.
“El presidente electo habló sobre su voluntad de volver a utilizar la tortura en su Gobierno”, dijo Zeid en un seminario celebrado en Ginebra con motivo del trigésimo aniversario de la Organización Mundial contra la Tortura.
“Los nombramientos que ha hecho nos dejan muy preocupados”, subrayó Zeid en clara referencia al general retirado Michael Flynn, quien recibió el cargo de asesor de Trump para Seguridad Nacional.
Flynn, al igual que Trump, ha defendido la técnica de tortura conocida como waterboarding o ahogamiento simulado.
“¿Qué pienso del waterboarding? Me gusta mucho. No creo que sea suficientemente duro”, dijo Trump en campaña desconociendo los tratados de los que su país es signatario, como la Convención de la ONU contra la Tortura y las Convenciones de Ginebra.
“Nos preocupa lo que puede pasar, lo que puede influenciar en otros países y que la tortura pueda exacerbarse en el mundo”, subrayó Zeid.
“La tortura es un crimen inequívoco, está prohibida en todas las circunstancias, sin barreras. Es injustificable e ilegal causar dolor a hombres, mujeres y niños indefensos. La tortura es indigna para cualquier sociedad decente”, defendió Zeid y reiteró que “la persistencia de la tortura en la actualidad es muy preocupante”.
“Los actores estatales y no estatales practican la tortura en múltiples zonas de conflicto. Las preocupaciones cada vez mayores sobre la protección de la seguridad nacional y las fronteras nacionales también han llevado a violaciones. Y las personas que buscan sacar provecho de los flujos migratorios con frecuencia pueden ejercer un control absolutamente despiadado sobre los migrantes vulnerables y los refugiados”, argumentó el Alto Comisionado.
“En muchos países también estamos presenciando una narrativa cada vez más chocante que condona e incluso incita al uso de la tortura”, observó Zeid ante una nutrida audiencia con representantes de más de 300 organizaciones, defensores y activistas.
“La tortura es descrita como un atajo eficaz y un mal menor. Pero la tortura es el dolor infligido por un cobarde sobre hombres, mujeres y niños cautivos e indefensos. No se extrae ninguna información útil, porque las personas en dolor extremo no dirán nada en absoluto. La tortura no traerá ningún bien a nadie, sino que infligirá gran maldad a muchos individuos, y corromperá y deformará a toda sociedad donde se le mande, inflija y condone”, apuntó el titular del organismo de la ONU encargado de velar por la protección de los derechos humanos en el mundo.