Por: Ana Fondo

 

Ginebra, 15 de marzo.- Un día como hoy, en 2011, comenzó la guerra en Siria. “A medida que la violencia ha aumentado año tras año, también lo hizo el número aparentemente interminable de hombres, mujeres y niños cuyas vidas se perdieron. Los sobrevivientes de esta guerra brutal son los mutilados, los desplazados, las mujeres y las niñas que sufrieron violencia sexual”, afirmó hoy Paulo Pinheiro, presidente de la Comisión Internacional de Investigación sobre Siria.

Ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, reunido en Ginebra desde el 29 de febrero para su 31 sesión, Pinheiro presentó el decimosegundo informe de la Comisión que encabeza. “Hay más de cinco millones de refugiados sirios. La mayoría se encuentra en países vecinos, pero la cifra está creciendo rápidamente en otras partes del mundo, incluyendo casi un millón en Europa”, dijo con respecto a los hallazgos de la investigación.

“Los niños han sido desproporcionadamente afectados por la guerra. Los cientos de miles de niños sirios que no van a la escuela ya están siendo etiquetados como ‘la generación perdida’”, lamentó Pinheiro.

Sin embargo, “por primera vez se vislumbra la esperanza del fin”, aseguró en referencia al cese de hostilidades, vigente desde el pasado 27 de febrero, que ha permitido “una reducción significativa de la violencia” y el acceso de ayuda humanitaria a 10 de las 18 ciudades que, según la ONU, se encuentran sitiadas por las diferentes partes en conflicto.

“De manera crucial, el cese de hostilidades ha creado las condiciones para avanzar en los diálogos de Ginebra”, dijo Pinheiro, en referencia a las conversaciones, en curso desde ayer y hasta el 24 de marzo, encabezadas por el Enviado Especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, y en las que participan delegados del gobierno de Damasco y representantes de sus opositores armados, agrupados en la Alta Comisión para las Negociaciones.

Tras la intervención de Pinheiro, y tal como lo establece el procedimiento del Consejo en este tipo de situaciones, tomó la palabra Siria, en calidad de Estado concernido. Su embajador, Hussam Edin Aala, cuestionó la legitimidad del informe de la Comisión al que acusó de estar “sujeto a la interferencia de los Estados en lugar de ser neutral e íntegro”.

Siria afirmó que su gobierno “ha cumplido con el cese de las hostilidades y protege a sus civiles contra el terrorismo de países extranjeros”, y pidió que en lugar de “hacer acusaciones al gobierno”, la Comisión establezca “la verdadera responsabilidad por las violaciones”.

Esto dijo América Latina

Posteriormente intervinieron Estados miembros y observadores del Consejo de Derechos Humanos. Como ya es habitual, los países latinoamericanos manifestaron sus opiniones dispares, aunque coincidieron en la necesidad de construir una solución política a la guerra.

Venezuela, por ejemplo, reiteró su respaldo “a la soberanía e independencia de Siria, a su derecho a la libre determinación, y a la no injerencia en sus asuntos internos”.

“La comunidad de naciones debe brindar apoyo a las autoridades sirias en su lucha contra el terrorismo. Al respecto, valoramos la colaboración de la Federación Rusa en la lucha contra el terrorismo en el país”, añadió el representante del Estado suramericano.

México, a su vez, reafirmó que la comunidad internacional debe trabajar para “lograr una solución dialogada y pacífica” y además condenó las violaciones al derecho internacional humanitario como el “uso de armas prohibidas y las restricciones al acceso humanitario a la población”.

Cuba mostró una profunda preocupación por la gran pérdida de vidas humanas y declaró que “los esfuerzos locales e internacionales para conseguir la paz chocan con el interés de las partes involucradas en el conflicto de dar continuidad a los enfrentamientos”.

Además, al igual que Venezuela, la delegación cubana renovó su “confianza” en que el pueblo sirio es “capaz de resolver por sí mismo sus diferencias y demandamos que cese la injerencia externa”.

Ecuador, por su parte, instó a los Estados involucrados en la crisis migratoria derivada del éxodo de sirios que huyen de la guerra “a proteger los derechos humanos de todas las personas (migrantes, desplazados, solicitantes de asilo, refugiados), de conformidad con la Convención relativa al Estatuto de los Refugiados y su Protocolo”.

Finalmente, Chile señaló que la protección de las víctimas de la guerra en Siria debe ser “la principal preocupación del Consejo”.

El informe completo de la Comisión Internacional de Investigación sobre Siria está disponible, en inglés, en este enlace.