Ginebra, 25 de septiembre.- El Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenó hoy jueves en Ginebra la ofensiva de agresiones y atropellos “contra los periodistas y activistas de los medios de comunicación”, a causa de “la contribución que aportan al documentar las protestas y las violaciones y abusos de los derechos humanos en Siria”, conforme a una resolución aprobada por 32 votos a favor, 10 en contra y 5 abstenciones.
La condena se extendió a “la intervención … de todos los combatientes terroristas extranjeros … y la de otras milicias, como la Shabbiha”, que exacerban “el deterioro de los derechos humanos y la situación humanitaria”, y estigmatizó a los rebeldes de “Jabhat Al-Nusra, que restringen la llegada de ayuda humanitaria a la población civil siria.
A estas denuncias se agregaron las exacciones del denominado “Estado Islámico del Irak y el Levante”, que se ha destacado por la decapitación de periodistas y de un proveedor de asistencia humanitaria en la región, agrupación no estatal que practica “el secuestro, la toma de rehenes, la detención en régimen de incomunicación, las torturas y las ejecuciones”.
Compuesto por 47 Estados elegidos por el voto secreto de la Asamblea General de la ONU, que se van rotando anualmente, este Consejo no olvidó de condenar también a la dictadura de Baschar Al Assad, tenido por ser el principal responsable de las violaciones de los derechos humanos en Siria por la Comisión Investigadora de Naciones Unidas para ese país que preside el experto independiente brasilero, Paulo Sergio Pinheiro.
Al respecto, el Consejo imputó al gobierno sirio “el uso generalizado de la violencia sexual en los centros de detención”, incluyendo “los operados por los organismos de inteligencia”, subrayando el recurso “a la desaparición forzada (que) constituye un crimen de lesa humanidad”, y “a las detenciones en régimen de incomunicación”, exhortando a las autoridades sirias “a que publiquen una lista de todos los centros de detención”.
“La detención arbitraria, la privación de libertad, los malos tratos y la tortura infligidas por fuerzas gubernamentales a niños en razón del presunto apoyo prestado por ellos o sus familiares a grupos de oposición”, fue además puesto en evidencia por este Consejo, mediante una resolución sostenida por la mayoría de los países latinoamericanos y del Caribe, menos Cuba y Venezuela.
La resolución fue asimismo rechazada por Argelia, Rusia y China. Sin embargo se unieron al voto favorable los países europeos y occidentales, no obstante la abstención de algunos países asiáticos y africanos.