Por: Carmen Lucía Castaño

 

Ginebra, 10 de marzo.- El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al-Hussein, urgió hoy a los Estados latinoamericanos a “prepararse para brindar apoyo y tratamiento adecuados a niños con discapacidad relacionada con el virus del Zika”.

Durante la presentación de su informe anual ante el Consejo de Derechos Humanos, Zeid dijo que la respuesta de los Estados concernidos por el virus debe ser, además, “una oportunidad para actuar en pro de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer y de su derecho a la salud”.

El Alto Comisionado recordó que aunque varios gobiernos como el de Colombia y Brasil recomendaron evitar los embarazos a las mujeres en riesgo de contagio ante el posible vínculo del virus y la microcefalia, “en varios países hay altos índices de violencia sexual y el acceso a los servicios de salud reproductiva es severamente restringido, especialmente para los pobres”.

Un día después de que la Organización Mundial para la Salud reconociera que no habrá vacuna contra la enfermedad en menos de tres años, Zeid afirmó que “todas las medidas de salud pública frente a la emergencia del virus del Zika deben integrar plenamente los derechos humanos y asegurar que los servicios de salud sean accesibles, sin discriminación alguna, y de buena calidad”.

En su discurso, el ACNUDH hizo referencia a otros aspectos relevantes para la situación de América Latina en materia de derechos humanos. Con respecto al asesinato de la activista Berta Cáceres la semana pasada en Honduras, Zeid dijo que se trata de un “horrible recordatorio de las amenazas y asesinatos que con tanta frecuencia apuntan a defensores de los derechos ambientales en el país”.

En otro sentido, el Alto Comisionado manifestó su satisfacción por el posible éxito de los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Dijo, sin embargo, que, aunque en el proceso se ha hecho énfasis en los derechos de las víctimas, en su opinión “se requieren discusiones de fondo sobre el tema de las penas”.

Zeid expresó estar preocupado por “las profundas divisiones políticas, el deteriorado contexto económico y la creciente inseguridad” en Venezuela. Al tiempo que reiteró la disposición de su Oficina a “respaldar esfuerzos tangibles para asegurar la promoción y protección de los derechos humanos”, urgió al gobierno y a la oposición a trabajar juntos “para garantizar un espacio para las organizaciones no gubernamentales y los defensores de derechos humanos”.

Finalmente, el Alto Comisionado dijo confiar “en que el plan del Presidente Obama de cerrar Guantánamo va a ser al fin implementado y que se pondrá fin a la práctica escandalosa de la detención indefinida, sin cargos ni juicio”. “El gobierno [norteamericano] debe asegurarse de que se establezca la responsabilidad de todos aquellos que participaron o fueron cómplices de torturas, y debe emprender medidas de reparación para las víctimas”, concluyó.