Por: Carmen Lucía Castaño

 

Ginebra, 1 de abril.- Argentina, Brasil, Cuba, México, Venezuela, Costa Rica, Chile, Ecuador y Uruguay expresaron en la ONU su apoyo a los gobiernos y los pueblos de Nigeria, Camerún, Níger y Chad, los países más afectados por el grupo terrorista Boko Haram, y condenaron las acciones violentas perpetradas por los miembros de esa organización.

Las expresiones de solidaridad de los latinoamericanos tuvieron lugar en el marco de la sesión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos celebrada hoy en Ginebra, durante la cual fue aprobada una resolución que condena las atrocidades cometidas por el grupo extremista de origen nigeriano.

Durante su intervención, la delegación argentina manifestó que es fundamental fortalecer el sistema de Naciones Unidas y de cooperación internacional para combatir eficazmente el terrorismo. Adicionalmente, invocó la Convención Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo e hizo “un llamamiento a todos los países a que se abstengan de financiar el terrorismo cualquiera sea la forma en que lo hagan”.

A este llamado se sumó Costa Rica al declarar que los Estados que facilitan recursos a Boko Haram “igualmente son responsables de las violaciones y abusos de derechos humanos y deben ser sometidos a la justicia y responder por sus actos”.

Brasil retomó las palabras que horas antes había pronunciado el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH), en el sentido de que a un grupo terrorista no se le combate de manera exclusiva con la fuerza de las armas. “Brasil concede una importancia primordial al abordaje de las causas profundas del terrorismo, como el hambre, la pobreza, la desigualdad y la falta de desarrollo”.

Chile expresó una preocupación similar y destacó la necesidad de abrir espacios amplios de participación política para evitar que otras comunidades de la región adhieran a la ideología extremista de Boko Haram.

Por su parte, Cuba señaló que el papel de la comunidad internacional es apoyar los esfuerzos de los gobiernos de los países concernidos de acuerdo con lo que ellos mismos soliciten “y en línea con sus prioridades y políticas nacionales”. De igual manera declaró su confianza “en la sabiduría de los líderes y dirigentes africanos para abordar y resolver las situaciones específicas de ese continente hermano”.

México afirmó que el terrorismo no debe vincularse a ninguna religión, nacionalidad o grupo étnico. De la misma manera, alentó a los gobiernos de Nigeria, Níger, Chad y Camerún a colaborar con la Oficina del ACNUDH toda vez que la asistencia técnica y la cooperación que ésta puede proporcionarles “redundará en el fortalecimiento de las instituciones nacionales y del Estado de derecho”.

Venezuela expresó que la sesión especial del Consejo debía “contribuir a promover un plan de paz que ponga fin a los actos terroristas e incentivar el apoyo, la asistencia y la solidaridad internacional con los países afectados” y aseguró que acompañará todo esfuerzo en ese sentido.

Uruguay manifestó su preocupación por la estabilidad de la región y por la seguridad de la población local y enfatizó su aspiración a que “estos actos de barbarie no queden impunes y sus responsables puedan ser juzgados y condenados de acuerdo a las normas vigentes”.

Finalmente, Ecuador celebró que el Consejo abordara la situación causada por las acciones de Boko Haram “pues es un deber moral de quienes formamos parte de este órgano dar seguimiento al tema y unir esfuerzos por los canales democráticos y regulares, para que la razón termine por imponerse en las zonas afectadas por la violencia y la sinrazón de este grupo terrorista”.

En la resolución “Atrocidades cometidas por el grupo terrorista Boko Haram y sus efectos sobre los derechos humanos en los países afectados”, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU condena con vehemencia a la organización, solicita la acción conjunta de la comunidad internacional en su contra, urge a los Estados a proteger los derechos humanos en el marco de la lucha antiterrorista y pide al ACNUDH emprender una investigación sobre la situación en los países afectados por el grupo terrorista.