Muertes y casos de malaria aumentaron por las disrupciones de la pandemia
No obstante, la Organización Mundial de la Salud considera que los países africanos con población más vulnerable lograron evitar el peor escenario previsible.
En el último Informe mundial sobre la malaria, publicado este lunes en Ginebra, la Organización Mundial de la Salud reveló que en 2020 hubo 241 millones de casos de esta enfermedad, 14 millones más que en el año precedente, y que 627 000 personas murieron por la misma causa, 69 000 más que en 2019.
La OMS estima que 47 000 de estos fallecimientos son atribuibles a la interrupción en la prestación de los servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento de la malaria, una disrupción ocurrida como consecuencia del COVID-19.
A pesar de lo anterior, la OMS resaltó que los países con alta incidencia de esta enfermedad y sus socios lograron evitar el peor escenario proyectado por expertos de la organización, quienes al inicio de la pandemia estimaron que las muertes por malaria podrían duplicarse en África subsahariana, en donde se presentan el 95 % de los casos y el 96 % de las muertes globales. El aumento en las muertes fue, sin embargo, del 12 %.
De acuerdo con el reporte, 15 de los países en donde circula esta enfermedad parasitaria reportaron una reducción del 20 % en la práctica de pruebas diagnósticas entre abril y junio de 2020. Así mismo, los programas nacionales de malaria declararon haber distribuido 48 millones menos de tratamientos que en 2019.
De otra parte, de los 11 países con más alta incidencia de malaria solo la India reportó algún progreso durante el año. Los 10 restantes, todos en África, reportaron alzas en los casos y las muertes.
Otros países, sin embargo, lograron avances aun cuando paralelamente hacían frente a la pandemia. Por ejemplo, Irán alcanzó su tercer año consecutivo sin casos autóctonos, por lo que podrá pedir a la OMS ser declarado como libre de malaria, una certificación que obtuvieron en 2021 China y El Salvador.
Los objetivos para 2020 no fueron alcanzados
Aunque la reducción de la incidencia y de la mortalidad de la malaria progresó notablemente entre 2000 y 2015, ya antes de la pandemia la OMS empezó a constatar un estancamiento en los indicadores. Según los datos del nuevo informe, los objetivos trazados para 2020 no fueron alcanzados: en el primer año de la pandemia la tasa mundial de incidencia de la malaria fue de 59 casos por cada 1000 personas en riesgo, frente a la meta de 35.
En cuanto a la mortalidad los resultados tampoco son favorables: en 2020 esta tasa fue de 15.3 muertes por cada 100 000 personas en riesgo, frente al objetivo de 8.9.
Para recuperar la tendencia positiva y alcanzar en 2030 la meta de reducir en un 90 % los contagios y las muertes por malaria, la OMS estima indispensable garantizar el acceso a servicios de salud de calidad, adaptar a los contextos locales las herramientas preventivas a disposición, como el uso de mosquiteros con insecticida, y desarrollar nuevas tecnologías como tratamientos y vacunas.
Precisamente, en octubre pasado la organización aprobó el uso a gran escala en África de la vacuna Mosquirix, de la farmacéutica británica GlaxoSmithKline, como método de prevención de la enfermedad en niños a partir de los cinco meses.
Se necesitará más que el triple del presupuesto actual
Según Pedro Alonso, director del Programa Mundial sobre Malaria de la OMS, la vacunación dependerá de la financiación, pues aunque la demanda podría alcanzar hasta 100 millones de dosis por año, no se prevé que la producción exceda los 15 millones.
La Alianza Mundial de la Vacunación anunció el 3 de diciembre en Ginebra que destinará 155.7 millones de dólares para la adquisición, envío y distribución de la vacuna en África subsahariana.
En su nuevo informe, la OMS estima que para alcanzar sus objetivos de reducción mundial de la malaria va a requerir triplicar en esta década el presupuesto con el que cuenta actualmente para financiar los programas de prevención y tratamiento. Esto significaría pasar de los 3300 millones de dólares de los que dispuso en 2020 a 10 300 millones en 2030.
¿Qué es la malaria?
La malaria, también conocida como paludismo, es una enfermedad potencialmente mortal que se transmite por la picadura de mosquitos hembra infectados por parásitos del género Plasmodium. A pesar de que más de medio millón de personas pierde la vida cada año por ella, se trata de una enfermedad prevenible y curable.
Aunque la OMS indicó en 2019 que casi la mitad de la población mundial estaba en riesgo de contraerla, los grupos más vulnerables frente al contagio y al desarrollo de formas graves son los lactantes, los niños, las mujeres embarazadas y las personas con VIH. El 80 % de los fallecidos por malaria en el continente africano son menores de cinco años.
El informe indica que en América hay 18 países en donde la malaria es endémica. En Brasil, Colombia y Venezuela se presenta el 77 % de los casos de la región. Aunque en 2020 hubo una reducción de contagios en el continente, que se explica en gran medida por la baja de más de la mitad de los casos en Venezuela, la OMS consideró que los aumentos fueron sustanciales en Bolivia, Haití, Honduras, Nicaragua y Panamá.