Haití desaparece del radar del Consejo de Derechos Humanos de la ONU
El Estado retiró la resolución que mantenía con vida el único mecanismo de monitoreo con el que contaba el Consejo de Derechos Humanos tras la supresión del experto independiente en marzo de 2017. Entrevista con Gustavo Gallón, el último titular del extinto mandato.
En julio de 2018, Haití, el país más pobre de América y del hemisferio norte, salió completamente del radar del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Tan solo un año atrás, el Estado había dado un paso certero en esa dirección: pidió al Consejo la supresión del experto independiente sobre Haití, un mecanismo creado por la ONU en 1995 para monitorear al país y formularle recomendaciones con el fin de dar solución a sus necesidades más urgentes en materia de derechos humanos.
Al suprimir el mandato, el Estado se comprometió, entre otras cosas, a poner en marcha un plan de acción nacional para implementar las recomendaciones de los expertos de la ONU. Por su parte, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACNUDH) brindaría asesoría técnica a Haití para el cumplimiento de sus compromisos y consignaría en un informe los avances logrados en este sentido.
Dicho informe fue presentado el pasado 3 de julio ante el Consejo de Derechos Humanos, que se aprestaba a adoptar una resolución para que el ACNUDH continuara con el monitoreo de la situación y presentara un nuevo reporte en 2019. Sin embargo, el último día de la sesión, el Estado retiró la resolución.
Para Gustavo Gallón, quien fue el último titular del extinto mecanismo de la ONU, aunque la resolución “no tenía dientes”, sí constituía una posibilidad de hacerle seguimiento a la situación y era una oportunidad para que la sociedad civil haitiana incluyera su visión en el nuevo informe del ACNUDH, e incluso para que participara en el debate que tendría lugar luego de su presentación ante el Consejo.
El jurista colombiano habló con Panorama de la situación en Haití, la actuación del Consejo en la supresión del mandato, y de las posibilidades que aún tiene esta instancia de la ONU para ayudar a mejorar la situación en el país.
¿Qué está haciendo Haití con respecto a sus obligaciones en materia de derechos humanos?
Realmente muy poco, de acuerdo con el informe de la OACNUDH. El año pasado, cuando se suprimió el mandato del experto independiente, Haití se comprometió a varias cosas, entre ellas a elaborar un plan nacional de acción y a poner en práctica las recomendaciones recibidas de los diversos comités y del experto independiente.
Sin embargo, el alto comisionado lamentó informar que ha habido muy poco progreso en esa materia y reiteró el llamado a resolver problemas como la detención preventiva prolongada, el hacinamiento carcelario, la impunidad de los crímenes cometidos por sucesivos Gobiernos o el analfabetismo, sobre el cual el experto independiente había hecho un llamado especial porque mucha gente carece del derecho elemental a saber leer y escribir y, por esa vía, a ejercer adecuadamente sus derechos.
El alto comisionado también mencionó que el Gobierno se demoró considerablemente en nombrar una persona responsable de derechos humanos, por lo que no ha habido un interlocutor hábil para llevar adelante estas actividades. Parece ser, por lo que informó el embajador de Haití, que solo en junio, en vísperas del Consejo, se nombró para esto al ministro de Justicia.
Todo esto es realmente preocupante, pero no es de extrañar porque la solicitud misma de terminación del mandato por parte de Haití ya era un indicio de una falta de compromiso con los derechos humanos. Además, la situación general también indicaba la ausencia de una voluntad real para avanzar en esta materia.
¿Qué efectos ha tenido la supresión del mandato del experto independiente?
El experto independiente había hecho un llamado en el sentido de que era posible superar la situación de derechos humanos en Haití. Durante los tres años y medio de mi mandato reiteré ese llamado. A pesar de que los esfuerzos fueron pocos hubo algunas mejorías, como la situación en algunas cárceles y la receptividad del último presidente transitorio.
Pero con la terminación del mandato, e inmediatamente después de la elección del nuevo Gobierno, que claramente no tiene un compromiso con los derechos humanos, la situación ha empeorado. No es que fuera buena antes, pero existía alguna posibilidad de avanzar: al menos tenían un observador, una persona que aconsejaba u ofrecía sus recomendaciones para el mejoramiento de la situación. Ahora no hay siquiera interlocución adecuada en esta materia. Y repito: no es de extrañar.
¿Cómo percibió la decisión de suprimir el mandato?
Creo que el Consejo de Derechos Humanos fue demasiado indulgente con el Gobierno de Haití al aceptar su casi exigencia de terminar el mandato. Y la motivación, según un vocero gubernamental que no se identificó, fue que el mandato del experto independiente era inconveniente para las relaciones internacionales, para el desarrollo económico y demás. Es decir, que entorpecería el desarrollo de negocios. Esa es una equivocación grande y una decisión precipitada que echó abajo un mecanismo que había sido creado desde hacía 30 años y que había sido útil para la población haitiana.
En síntesis, el ejemplo ha sido negativo, pero es consecuencia de la decisión del Consejo que, sin un análisis detenido de la situación, se plegó a la voluntad del Gobierno de acabar el mandato y punto. Eso es grave no solamente para Haití sino para el mundo entero, que quedó notificado de que el Consejo de Derechos Humanos no hace respetar sus propios mandatos.
¿Qué habría podido hacer el Consejo para proteger el mandato?
Habría podido activar el grupo de análisis de situaciones y pedirle que estudiara la solicitud del Gobierno, analizarla adecuadamente a través de una visita al país, mediante una consulta con el alto comisionado o, incluso, con el propio experto independiente, para evaluar si estaba justificado dar por terminado el mandato y, sobre esa base, tomar una decisión mucho más reposada. No en la misma sesión en la que Haití solicitó, dos días antes, la terminación del mandato, sino haberse tomado el tiempo necesario para analizarlo, si quiera de un periodo de sesiones a otro o si no de un año de prueba.
¿Qué podría hacer el Consejo en el futuro para contribuir a mejorar la situación en el Estado?
En el futuro, si vuelve a ser analizada la situación de Haití, se podrían adoptar mecanismos más serios que permitan efectivamente asegurar el cumplimiento de los compromisos que el Gobierno adquiera, como darle un encargo más preciso al ACNUDH o la MINUJUSTH, que existe actualmente.