Por: Mélanie Belfiore

 

Ginebra, 10 de agosto.- La lectura escolar obligatoria de Cocorí, un clásico de la literatura costarricense, fue objeto de debate durante el examen de Costa Rica frente al Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), que tuvo lugar los pasados 5 y 6 de agosto.

La obra literaria del autor Joaquín Gutiérrez Mangel, publicada en 1947, es controvertida por sus sesgos racistas pues tiene como personaje principal a un niño negro, inocente e ingenuo, que se opone a la representación de la heroína, una niña blanca muy hermosa.

La Red Nacional de Juventud Afro Costarricense denunció, a través de un informe presentado al Comité, esta ridiculización de la niñez negra y la celebración de los rasgos europeos, puesto que conforman estereotipos racistas.

Durante el examen de Costa Rica ante el CERD, el experto mauriciano Yeung Sik Yuen resaltó un pasaje del libro en el que la heroína blanca dice haber confundido al niño negro con un mono para mostrar que, aunque este no fuera el objetivo del autor, la comparación puede resultar ofensiva en el contexto actual de discriminación racial.

Según el experto, las condiciones contextuales para que la novela forme parte del programa escolar no están reunidas actualmente, lo que no significa que no puedan estarlo más tarde.

En otro sentido, el experto ruso Alexei Avtonomov, si bien reconoció la calidad literaria de Cocorí, también destacó que no es necesario imponer su lectura a todos los alumnos pues, por la especificidad de la psicología infantil, los niños podrían sentirse más fácilmente ofendidos por la novela que los adultos. Por esta razón, afirmó que el retiro del libro del programa escolar le parecía justificado.

Sin embargo, Avtonomov refutó las acusaciones de censura que podrían relacionarse con esta eventual salida de libro de los currículos, e insistió en que nada impediría la lectura de la obra a los niños una vez mayores.

El presidente del CERD, el guatemalteco José Francisco Cali Tzay, recordó que la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, fundadora del Comité, tiene como objetivo luchar contra el racismo directo e indirecto y que, por lo tanto, es una obligación para Costa Rica, como Estado Parte, “luchar contra este tipo de expresiones”.

Por su parte, el jefe de la delegación costarricense, el viceministro Alejandro Solano Ortiz, aseguró que la problemática del libro Cocorí ya es objeto de debate en el gobierno y que no hay “una posición monolítica” al respecto. Además, reconoció que la novela presenta personajes estereotipados aunque también insistió en la importancia de entender el contexto histórico en el que fue escrito.

El viceministro apuntó que la querella alrededor del libro Cocorí tiene el mérito de “plantear cuáles son los valores costarricenses” y por lo tanto “generar una reflexión” sobre las desigualdades que sufren los afrodescendientes, lo que permitirá a Costa Rica encontrar un equilibrio en el trato de sus minorías.

Al final de la reunión, el relator del CERD para Costa Rica, Pastor Murillo, avanzó su recomendación acerca de este debate enfocando el problema desde el punto de vista de la libertad de cátedra y alegando que el Estado no tiene que imponer lecturas en el programa escolar.

El próximo 28 de agosto, el Comité publicará sus observaciones finales y recomendaciones a Costa Rica. El Estado tendrá dos años para presentar un informe sobre las medidas tomadas para su implementación.