Por: Gabriela Sotomayor

 

Ginebra, 9 de marzo.- El Relator Especial de Naciones Unidas contra la Tortura, Juan Méndez, recomendó al gobierno de México reconocer públicamente la dimensión de la impunidad con respecto a la tortura generalizada que tiene lugar en el país.

En su informe presentado al Consejo de Derechos Humanos, Méndez llamó al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto a “ reconocer públicamente la dimensión de la impunidad respecto a las torturas y malos tratos».

Le alentó a “enviar enérgicos mensajes públicos a todos los funcionarios de seguridad y justicia federal y estatal de que toda tortura y maltrato será seriamente investigado y castigado, conforme a la normativa internacional, constitucional y penal».

El informe de Méndez sobre su visita realizada a México entre el 21 de abril y el 2 de mayo sostiene que “la tortura y los malos tratos durante los momentos que siguen a la detención y antes de la puesta a disposición de la justicia son generalizados en México y ocurren en un contexto de impunidad”.

El relator de la ONU afirma que “hay evidencia de la participación activa de las fuerzas policiales y ministeriales de casi todas las jurisdicciones y de las fuerzas armadas, pero también de tolerancia, indiferencia o complicidad por parte de algunos médicos, defensores públicos, fiscales y jueces”. 

El documento señala que la mayoría de las víctimas son detenidas por presunta relación con la delincuencia organizada, lo cual “se potencia con el régimen de excepción constitucional y legal que afecta a los detenidos».

Esto incluye “el arraigo, la prisión preventiva oficiosa, la posibilidad del Ministerio Público de ampliar el plazo de detención (“retención”) previo a la presentación judicial”.
Méndez recomendó al estado mexicano “tomar todas las medidas necesarias para prevenir y castigar severamente toda represalia contra víctimas que denuncien torturas o malos tratos, sus familiares, representantes y defensores de derechos humano».

Asimismo, le instó a “garantizar el derecho de todas las víctimas a una reparación intégral».

Méndez pidió a México “expedir una Ley General en la materia que tipifique la tortura en toda la República con arreglo al estándar más amplio de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura».

Asimismo, “velar por que las legislaciones federales y estatales contemplen todas las obligaciones y garantías derivadas de la prohibición absoluta de la tortura, como la de investigar, juzgar y sancionar en forma pronta, independiente, imparcial y exhaustiva, la imprescriptibilidad del delito, y la reparación de las víctimas».

De igual forma, le llama a “reformar el Código de Justicia Militar para asegurar que los casos de violaciones a los derechos humanos presuntamente cometidos por un militar contra otro militar también sean de competencia de las autoridades civiles».

Méndez reiteró su llamado al gobierno en el sentido de “eliminar definitivamente el arraigo, así como figuras similares en lo federal o estatal». Por otra parte, le recomienda  “garantizar la suspensión administrativa inmediata de todo funcionario sujeto a investigación por tortura y malos tratos».

Finalmente, con respecto a la tragedia de Ayotzinapa, Méndez expresó “su extrema preocupación por lo ocurrido en Iguala (Guerrero) en septiembre de 2014 donde autoridades municipales, en colusión con el crimen organizado, desaparecieron forzadamente a 43 estudiantes Normalistas, ejecutaron a otros 6, algunos con claras muestras de torturas, e hirieron a más de 20 personas».

“La inaceptable tragedia constituye un llamado urgente al Gobierno para implementar reformas estructurales en materia de seguridad, lucha contra la corrupción y garantías de los derechos humanos, que deben incluir remedios a la problemática evidenciada en el presente informe, en especial a la impunidad y las débiles garantías para prevenir y erradicar la tortura», agregó.

“El Relator Especial llama al Estado a ahondar las medidas ya adoptadas para garantizar la investigación penal, la localización de las personas desaparecidas, y  la no repetición»,señaló Méndez.